Con el Dakar en pleno desarrollo, el impasse en los circuitos de nuestro automovilismo y plena actividad en los talleres, para compartir ciertas "perlitas" nos permitimos bucear en las entrañas del libro “Medio Siglo de Automovilismo Argentino”, de Ricardo Lorenzo -Borocotó- Editorial Atlántida 1953,
Era Studebaker!!!
“Me acuerdo que en un entrenamiento que hicimos juntos con Fernando Nery, Paris Giannini y Cástulo Hortal en 1925, de Villa María a James Craik, apenas unos 35 kilómetros necesitamos un día. El barrial era tremendo y las zanjas estaban llenas de agua. Íbamos encontrando coches hundidos en ellas y Hortal, admirador de los Studebaker, cuando veía a uno desde lejos, decía: ‘No es Studebaker’, y acertaba. Pero de pronto vimos a uno sumamente hundido y Hortal largó su estribillo. Era Studebaker”
Bucci, un adelantado
“Domingo Bucci, que había sido segundo con su Hudson ‘Bestium’ detrás de Malcon, concurrió a esta de 1928 (Nota: 500 Millas de Rafaela) con su máquina más aligerada y provista de una carrocería con fuselaje. Estudioso como siempre, Mingo estuvo buscando con paciencia las líneas de menor resistencia al aire y en algunos ensayos lo acompañó su propia esposa, arrojando ésta trozos de papel que hacía deslizar por la cola del coche a fin de comprobar si se producía el vacío tras ella. Si los papeles acompañaban la marcha es porque el vacio se originaba y eso indicaba que las líneas del fuselaje no eran perfectas; en el caso de que los papeles fueran quedando el éxito se había logrado. Así realizó Bucci los experimentos a la búsqueda de la menor resistencia al aire”. Domingo Bucci y su acompañante Arturo Forasieppi perdieron la vida en los 500 Kilómetros de Arrecifes, de 1933.
La generosidad de Julio Pérez
-¡Cómo caminan los ‘chivos’! - fue la expresión pintoresca de Domingo Marimón, confiada a mí en Tandil (Nota: I Gran Premio Internacional del Sur). Los Chevrolet habían comenzado a andar y la supremacía establecida por los Ford (aunque no hubieran vencido en las dos primeras ediciones del nuevo Gran Premio) comenzaba a verse muy amenazada. Además de haber venido de fábrica los nuevos motores Chevrolet con mayor potencia, y de la facilidad que acuerda un motor de seis cilindros en línea para su preparación, otro detalle influyó sobremanera: los caños rectangulares de admisión que aumentaban el régimen. El hallazgo se había verificado en Arrecifes y en ello tuvo mucho que ver Julio Pérez, quien, generoso de suyo, desparramó el conocimiento. Así los Chevrolet fueron equipados con ese nuevo tipo de admisión”.
Cástulo Hortal, dibujo de Carlos Raúl Martínez
Domingo Bucci, El Gráfico
Julio y Bernardo Pérez y "Bravo Terceto", historiatc.com.ar.
F
2 comentarios:
muy bueno Raul
Julio Perez: un caballero!!!!
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