lunes, 26 de noviembre de 2012

Fotos, que son documentos

Fotos en blanco y negro que inmortalizan imágenes de un automovilismo que ya fue. En la primera, de 1954, Néstor Marincovich observa el trabajo de Franklin Hortal (de frente) y de “Pechengo” Paz (de costado), su acompañante. Detrás, los infaltables amigos y simpatizantes que no quieren perder ningún detalle de las tareas sobre el Chevrolet TC de Marincovich. La cara de del piloto denota cierta preocupación, mientras Hortal y Paz continúan enfrascados en su trabajo. 

Se puede presumir que luego de una de las clásicas “tiraditas” en ruta, los mecánicos observan el estado de las bujías para evaluar la carburación. 


Otra foto, ahora de 1959. Rodolfo de Álzaga, traje oscuro, clavel en el ojal del saco, departiendo amablemente con amigos en la noche del baile de entrega de premios de la I Vuelta de Arrecifes, en la que finalizó segundo.

Para destacar: la felicidad del joven que comparte la foto con su ídolo y la impecable presentación de las seis personas que forman parte de esta imagen que se transformó en perenne por la magia de la fotografía. El clavel que luce Álzaga formaba parte de los minuciosos detalles de los organizadores de la Vuelta de Arrecifes de aquellos años. 

jueves, 8 de noviembre de 2012

Froilán y el “langostón”






1947. Boxes del circuito de Junín. José Froilán González apoyado sobre el “Langostón”. Auto que el arrecifeño  había comprado a los hermanos Orsi. “Yo había ido a las Rosas (provincia de Santa Fe) con Bernardo Pérez y con ´Lucho´ García, a ver a Alfredo Pián, y bajando para Arrecifes entré en la ciudad de Santa Fe. Dando vueltas, Pasé por la agencia Ford de los hermanos Orsi, vi un Ford de la Fuerza Limitada, color cremita, y  me lo compré”, recuerda Pepe.
El auto
“Ese auto, lo había hecho un ingeniero de Santa Fe para los hermanos Orsi. Era un Ford ‘A’ que lo habían hecho con una tapa Murphy de doble árbol de levas a la cabeza. Era un autito hecho muy a la americana, con decirte que la parrilla tenía forma de corazón, que era algo que se estilaba bastante en los Estados Unidos por aquellos años. ¡Mirá si seré loco! Pasé por ahí, lo vi en la vidriera, lo compré, lo enganché y me lo llevé para Arrecifes porque no andaba.”
Un cheque ‘volador’

“Me salió algo así como tres mil y pico de pesos. Como no tenía dinero encima, les dejé un cheque ‘volador’. Como el clearing bancario era medio lerdo en aquella época, tuve tiempo de llegar a Arrecifes y empezar a juntar el dinero como para que la cuenta no me quedara en rojo”.

El langostón
El auto, según Froilán, se ganó el apodo en el taller. Lo que no explica cuál fue el motivo para bautizarlo de esa manera.  Con el “Langostón” Pepe corrió pocas carreras, desde su primera presentación, el 25 de agosto de 1947 en Junín (abandonó). Fue 2° en el circuito El Torreón de Mar del Plata en Fuerza Limitada y abandonó en Fuerza Libre.  Ganó en Unquillo, el 22 de febrero del ’48. Después, sería el momento del “32” de Luis Bonelli, de 9 de Julio.

Foto 1: Froilán y sus colaboradores.


Foto 2: En plena acción en el circuito de "El Torreón", en Mar del Plata.
Material consultado:  “José Froilán González una pasión sobre ruedas”, de Roberto Carozzo.