domingo, 22 de diciembre de 2019

TC en estado puro

IV Vuelta de Arrecifes, 1962
El Chevrolet de Jorge Aguirre en la "Clida", típica curva lenta, casi un retome. El piloto observa el accionar de su acompañante, Ovidio Tintorelli, presto a recibir una lata de aceite de manos de Horacio Bintureira. Completan la escena: el policía, un auxilio de otro protagonista y –casi tapado por el auto- un fotógrafo que tal vez captó otra imagen, pero no desatendió el paso del N° 53. También acompaña la imagen parte del edificio de la fábrica (hoy la Gauchita) que le daba el nombre a la curva.


Otra foto de Arrecifes, 1962: Preciso instante en el que se pone en marcha "El Troyano", seudónimo bajo el que se escudaba Fernando Risso, con el Ford alquilado a Juan Carlos Garavaglia. El periodista Carlos del Valle, pergaminense como Tintorelli, fue el acompañante de Risso,  En la cuarta vuelta, la caja los dejó fuera de carrera.


 

1958: debajo de una frondosa arboleda, rodeado por un grupo de amigos, Néstor Marincovich aguarda el inicio de la Vuelta de Hughes (de izquierda a derecha) Carlos y Néstor Marincovich, Carlos Pairetti, Héctor Aurtenechea, Pablo de Zavaleta, Ernesto Gámbaro, Roberto Aguirre y Roma. Carrera que significaría el debut de Aguirre como acompañante. La experiencia duró poco: "Habíamos clasificado 8°, pero en carrera creo que no llegamos a hacer ni 1000 metros, se cortó una biela"recordaba el Ñato.


Como “Todo tiene que ver con todo”, frase que acuñara el periodista Pancho Ibañez en "El Deporte y el Hombre”, es interesante rescatar de estos documentos fotográficos la trayectoria que marcaron algunos de estos protagonistas a sus descendientes o amigos: Jorge Aguirre es el papá de Gastón y abuelo de Valentín. Ante la muerte de Néstor Marincovich, Carlos Pairetti fue su sucesor en el veloz Chevrolet que preparaba Bernardo Pérez. Carlos, sobrino de Néstor, también fue un destacado piloto del automovilismo argentino. El Ñato Aguirre años más tarde acompañó a Pairetti y luego a Luis Di Palma. “TC EN ESTADO PURO”

Fotos gentileza de Carlos Marincovich y Museo y Archivo Histórico de Arrecifes 

domingo, 8 de diciembre de 2019

Estampas perennes

Las fotografías tienen la magia de transformar una imagen fugaz en perenne. Las instantáneas que acompañan esta nota así lo reflejan.
La tapa de El Gráfico muestra a Julio Pérez, sonriente, inmortal, junto a su auto en el Gran Premio Argentino de 1938. Hasta Santiago del Estero, final de la 3ª etapa, el arrecifeño encabezaba la clasificación general. Luego, diversos inconvenientes mecánicos lo retrasarían en el clasificador. Terminó 8°, precediendo a su coterráneo Cástulo Hortal. De las dificultades que tuvieron que superar los 123 protagonistas del Gran Premio habla la escasa  cantidad de arribos: 22


Otra fotografía de la misma carrera, perpetuó el  paternal gesto de Cástulo Hortal a su hijo Edison (18 años). "Mi pequeño Edison quiere conocer su patria y... por qué no complacerlo. Qué mejor ocasión que ésta para apreciar en pocos días la grandiosidad de esta patria suya  a la que yo tanto quiero", explicaba orgulloso el asturiano radicado en Arrecifes
Febrero de 1947, las deficiencias de esta fotografía no le quitan su valor histórico: simpatizantes de Edisón Hortal y Froilán González portan un cartel con la leyenda: “Arrecifes Cuna de Campeones”, que llevaron al circuito de Retiro. 
Es justo destacar que habría un antecedente sobre la misma o parecida frase a cargo de Horacio Bancalari en una nota que escribió en el periódico “Arrecifes”, a fines de los años 30. Cuando Lo Valvo, Pérez y Hortal cumplieron destacada labor en los grandes premios de aquellos años.

14 de diciembre, dos fotografías de Alberto Palazzo (El Gráfico) en la primera, el abrazo de Julio y Bernardo Pérez, en la segunda, el último saludo del malogrado piloto arrecifeño antes de largar la 1000 Millas de 1940. 

Fotos: historiatc.com.ar y Museo y Archivo Histórico de Arrecifes.