lunes, 21 de junio de 2010

El Baufer de Pairetti

21 de febrero de 1965. Se corre la Vuelta de Firmat y Carlos Pairetti estrena el Baufer Chevrolet que le había comprado a “Larry” (Alberto Rodríguez Larreta). “Había ido a Baufer porque quería hacer un coche moderno, pero demoraba mucho. Me enteré que Larry vendía el auto del Gran Premio, y para allí fui. Para qué perder tiempo. Lo pagué 1.400.000 pesos”, recordaba il Matto en el Gráfico Especial de 1966.
Sin embargo, todo el entusiasmo de Pairetti por el nuevo auto no se concretó con buenos resultados. En 19 carreras (incluido Dos Océano y Gran Premio) sólo obtuvo dos clasificaciones: 2º en Arrecifes y 3º en Pehuajó. “Perdí 5.800.000 pesos con el auto de carrera. Lo tengo todo bien anotado. Es que casi siempre cortaba bielas y compañía. Me desesperaba por agarrar la punta y lo pasaba de vueltas”, confesaba Pairetti.
Reformas
“A las cuatro carreras se modificó toda la suspensión. No se adaptaba a lo que Pairetti quería”, revelaba Rubén Aeid, preparador del auto. Cuando lo compraron tenía dos amortiguadores por lado atrás y uno adelante. En el tren delantero agregaron uno y cambiaron su ubicación, llevando la inclinación de 45 a 60 grados. Atrás se reforzaron los elásticos agregando dos hojas más. Los frenos de disco de Jaguar con que venía equipado se utilizaron hasta que se gastaron. No conseguían repuestos y colocaron los Discofren, que fueron sustituidos en la Vuelta de Olavarría (18.9.66) por los Tem Lucas. La caja de cambios es la misma Corvette de la primera carrera. En cuanto al diferencial siempre utilizaron el de Impala con una rienda de refuerzo para asegurar que no se tuerza. La explicación de este refuerzo. “Es que a Carlitos le gusta volar alto en los lomos de burro y el auto cae como un piano. Para el Gran Premio utilizaremos un diferencial Eaton. Con éste tendremos la gran ventaja de disponer cualquier clase de multiplicación”, explicaba Aeid.
Triunfos
El primer triunfo de Pairetti con el Baufer Chevrolet fue el 21 de agosto de 1966 en Rojas. Finalizó 2º en Olavarría y volvió a ganar en Pergamino, el 25 de setiembre. Pero el verdadero espaldarazo llegaría en el Gran Premio con un triunfo sin fisuras tras completar 4187,9 kilómetros y ganar tres etapas consecutivas.
Estadística de Pairetti con el Baufer Chevrolet
Carreras: 31
Podios: 8
Triunfos: 3 (todos en 1966, incluido el Gran Premio)
Segundos puestos: 4
Tercer puesto: 1
Abandonos: 22
Otros puestos: 11º en Tandil ’66.


Material consultado y fotos: El Gráfico 1966.

lunes, 7 de junio de 2010

El Ford de Oscar Gálvez

1963. Próximo a cumplir 50 años, Oscar Gálvez retornaba al automovilismo con un auto nuevo y todo el empuje juvenil que siempre lo había caracterizado en 25 años de actuación. Todavía con el duelo a cuestas por la pérdida de su hermano Juan en Olavarría, el Aguilucho reaparecía el 2 de junio en la 5ª Vuelta de Arrecifes.
“No tengo pretensiones de ganar. Voy solamente a probar. Usted sabe, es todo nuevo y la mejor forma de saber si anda es en carrera. El autito está lindo. Es el mejor que hice. Todo prolijo y sin cosas raras”, le explicaba Oscar a Juan Carlos Pérez Loizeau, de El Gráfico. Y agregaba: “Fui hasta Arrecifes y anduvo bien. Ni un ruidito de carrocería. Nada. Parece un Cadillac. Pero ya vendrán las ‘nanitas’. Siempre aparecen y más en éste que es todo nuevo. De estabilidad está fenómeno. Se tiene muy bien. Lo probé en la tierra, en todos lados.”
En su monólogo Gálvez le confiaba a Pérez Loizeau su preocupación por la performance de su auto: “Lo que no me va a alcanzar es la velocidad. Tengo 200 km por hora. Pero prefiero ir así y buscar luego de alguna manera un poco más de vueltas. Voy a probar las bielas que me hizo Bessone. Son pesadas, robustas. Por eso no sé cómo andará el motor. Después de la carrera veremos.”


Fangio, la prensa y Oscar Gálvez en Arrecifes

Federico B. Kirbus (El Gráfico)
“Particular interés suscitó la reaparición de Oscar Gálvez. Su nuevo coche estrenado en Arrecifes es el noveno que luce desde que debutó hace más de un cuarto de siglo con la recordada ‘pantera negra’. Aunque la trompa llame la atención, lo cierto es que los detalles de terminación mecánica interior son aún más dignos de observación: magneto en lugar de distribuidor (¡); tanque de nafta grande, relativamente alto; cañería para agua bien dimensionada; equipo Edelbrock con tres carburadores Ford F-600 y tapas de cilindros Bamse; bielas Bessone de 630 gramos de peso con bulón postizo Thunderbird forjadas en acero especial Böler VCN 150 (cromo, molibdeno, níquel y carbono), que resisten una tracción de 110 kilogramos por milímetro cuadrado, y asientos fijos a medida con cinturones de seguridad abdominales para los dos ocupantes de la máquina.”
Su actuación en Arrecifes
“Muy bueno fue también lo de Oscar Gálvez, reapareció con su nuevo coche funcional con trompa rara -dos agujeros a los costados- y fue realmente digno de aplauso lo que hizo. Está como siempre y su máquina le responde. Cuando se le rompió la placa de embrague, que le hizo un desastre adentro estaba segundo en la general (N del A 4ª vuelta). Esta actuación, con un coche que llevó para probarlo avala nuestro concepto.” Coche a la Vista.

Oscar Gálvez otra vez en carrera
Más detalles del auto
Motor: Ford V8 1946
Pistones “Allyum” de aleación liviana; bielas de cromo níquel construidas especialmente por Ernesto C. Bessone. Árbol de levas de Montal hermanos y tapa de admisión Edelbrock, cuatro carburadores Stromberg duales: 29,8 mm de díametro. Tapas de cilindros nacionales Bandse, encendido por acción de magneto (Wico o Scintilla). Doble bomba de nafta: una mecánica Ford y una eléctrica que toma la nafta desde el tanque (200 litros) que está ubicado en la cola del auto.
Refrigeración: radiador marca Arévalo y tanque de bronce especial de 25 litros. Lubricado a cárter lleno con radiador Arévalo, ubicado adelante del de agua.
Embrague de Ford 100 HP a disco seco y caja de cambios de tercera, con engranajes nacionales sobre carcasa de Ford.
Chasis: Ford 1940, “reforzado en sus partes más sensibles”, según Francisco Caruso cronista de Coche a la Vista.
Sistemas de suspensiones son clásicos de la marca y tienen adelante ballesta transversal de quince hojas y dos amortiguadores hidráulicos Houdaille por rueda.
Frenos: accionados hidráulicamente, pero con campanas de Lincoln adelante y de Ford atrás, con servo y patines delanteros más anchos que los traseros.

Nota: revistas pertenecientes a la hemeroteca del Círculo de Periodistas Deportivos de Arrecifes.