domingo, 26 de agosto de 2012

Marincovich, en el GP del '64


Pocos días antes de iniciarse el Gran Premio, Carlos Marincovich rodeado por mecánicos, amigos y simpatizantes, en la puerta del taller donde se alistaba su cupé Chevrolet.

De izquierda a derecha: Del Vechio, Guerra, Meregalli, Caamaño, Bianchini, Marincovich. Más atrás, Maseda, Leale y -de pulóver oscuro- Pablo Ferretti. El arrecifeño ya había cumplido con el sellado correspondiente.

A los 21 años, “El Ruso” se sumaba a sus coterráneos Pairetti y Di Palma. El primero consagrado y el segundo, sorprendente revelación. También, por entonces, el esforzado José María Pozzi “Atalaya” hacía lo suyo en TC. 


Para Marincovich el Gran Premio sería su octava participación en la categoría. Había debutado el 30 de agosto en Salto. Sobre siete presencias sumaba un puesto en Carlos Casares, en Tres Arroyos y el primer podio: , en las “1000 Millas”. Las restantes había terminado en abandonos: Salto, “500 Millas Mercedinas” y Tandil.


En el Gran Premio, el joven piloto cumplió -hasta su abandono- una destacada actuación.
 Fecha: 5 al 13 de diciembre de 1964
1ª etapa: Mercedes - Santa Rosa (504,4 km): 10º
2ª etapa: Santa Rosa - Zapala (723 km): 6º y 6º en la clasificación general.
3ª etapa: Zapala - San Rafael (723 km): 17º y 9º en la clasificación general.
4º etapa: San Rafael - Mina Clavero (1028,5 km): abandonó por rotura de cigüeñal.

En esta foto Carlos Marincovich, junto a Carlos Meregalli. Más atrás, Valverde, Ferretti, González y -de traje y brazos cruzados- Oreste Marincovich, el padre de Carlos. 

jueves, 9 de agosto de 2012

Bautismo de Hipómenes


Buceando en la hemeroteca del Círculo de Periodistas Deportivos de Arrecifes, el colega y amigo Roberto Hugo Bustos encontró esta “perlita” en El Gráfico de setiembre de 1937.


Una nota con gran sentido del humor, como el que tuvieron sus protagonistas, pocos días antes de iniciarse el Gran Premio Argentino que -precisamente- ganó Ángel Lo Valvo escudado en el seudónimo “Hipómenes”. Reproducimos el epígrafe de la foto:



“Ambrosio Ferrario oficia de madrina con un tapado de pieles, el sombrerete  y la cartera femeninos. El doctor Osvaldo Bracco con una casaquita apuntillada, hace de padrino, en tanto el pobre Ángel Lo Valvo se hinca y aguanta. Así se bautizó a ‘Hipómenes’ en su pueblo, en Arrecifes. Claro que la foto parece en cachada, pero es una cosa seria, muy seria. No se va a bautizar con una parodia nada menos que al vencedor del Gran Premio Argentino. No será para hacer llorar, pero seria es. La macana es que las pilchas de ‘la madrina’ y la pinta del ‘padrino’, pelado es peor, le quitan un poco de austeridad a la cosa, y "el nene", el bautizado se ríe...; pero... así se consagró el seudónimo de "Hipómenes", el apodo  que más pronto se popularizó en toda la República y del cual fue padrino inspirado el hincha número 1 del automovilismo arrecifeño .” 



El doctor Bracco, presidente de la Delegación del Automóvil Club Argentino en Arrecifes, junto a Cástulo Hortal y un grupo de amigos fueron los impulsores del automovilismo en la ciudad bonaerense. Y, según crónicas de la época, su espsa, Haydée Loude propuso que Lo Valvo utilizara un nombre mitológico: “Hipómenes”, vencedor de Atalanta en la carrera.