A los 91 años de edad, falleció el jueves 5 de marzo Salvador Cardoso, quien fuera acompañante de Néstor Marincovich en el TC de los ‘50.
Hace unos años, Deautosmotivo visitó a Cardoso en su casa y accedió a los recuerdos que atesoraba entre viejos papeles y una excelente memoria, a pesar de que ya había perdido a su compañera de toda la vida. Por supuesto, le daban fuerza sus hijos y nietos.
En aquella visita don Salvador recordaba que junto con su hermano Paulino, Miguel Montardit, Osvaldo D`Ángelo, Ernesto Gámbaro, Raúl Habegger y Roberto Aguirre trabajaban en el Chevrolet de Toto, en los talleres de Marincovich Hnos S.R.L.
En 1957 el periódico Arrecifes reflejaba en sus páginas los trabajos: ”Una visita efectuada por los talleres de Marincovich Hnos S.R.L. nos ha permitido ver como marchaban los trabajos de retoque y ajuste del Chevrolet con que Néstor (Toto) Marincovich participará en la disputa de las próximas 500 Millas de Mercedes para coches de carretera (…) ahora, los mecánicos Salvador y Paulino Cardoso y Miguel Montardit, dentro del trabajo y robándole las horas libres al descanso están preparando el ‘23’, de manera de sacarle 5 kilómetros más, con los que andaría en los 205, alivianándolo y retocándolo de tal manera que con un poco de buena suerte podamos verlo entremezclado entre los primeros a Marincovich, si no es el ganador, aunque fuera de los <novatos>”.
Junín del '58, Marincovich, D´ Angelo -acompañante-, Pairetti, Cardoso, Rutte.
Pese a los buenos deseos del periódico local en su colorida crónica, la participación en las 500 Millas Mercedinas concluyó con un vuelco y traumatismos para Marincovich, como para Cardoso. A partir de entonces, la oposición familiar para don Salvador en cuanto a sus aventuras como acompañante fue cada vez más dura.
Sin embargo, para el Gran Premio de 1957, recibió un guiñe familiar y volvió a calzarse el casco. Completaron la carrera y alcanzaron el 9º puesto en la clasificación general. En la última etapa: Mar del Plata – autódromo Municipal, de Buenos Aires, Marincovich peleó por la primera posición en el tramo, pero la bomba de agua lo retrasó al 5º puesto.
“(…) Tanto en la 6ª como en la 7ª etapa tenemos performances brillantes que pasaron desapercibidas para la mayoría del público, porque sus protagonistas no luchaban en la punta, pero no por ello dejaban de ser magníficas. Martinián, Navone, Piersanti, Vicente Álvarez, Marincovich, Facchini, Emiliozzi, Baronio, Crespo, Taddia, fueron algunos de los héroes anónimos que empujaban desde atrás, no dejando un solo instante de tregua a los punteros.”, El Gráfico, 13.12.57.
Posteriormente, Cardoso dejó su lugar en la butaca derecha, pero siguió en la preparación del auto de Marincovich hasta 1960, año en el que Bernardo Pérez se hizo cargo del auto. De todas maneras, siguió ligado al equipo hasta la muerte de Toto, en 1961.
Cardoso volvió a la preparación en el Chevrolet de Arturo Viola, con el cual corrió Jorge Aguirre en la Vuelta de Arrecifes de 1962. Después, continuó con su profesión de mecánico en su propio taller, pero alejado de los autos de carrera.
Don Salvador con emoción recordaba sus comienzos en la agencia Chevrolet de Pérez y González (el papá de Froilán). Allí conoció a Julio Pérez el notable piloto arrecifeño que perdió la vida en las Mil Millas del ’40. Tal vez allí nació su amor por los “fierros” veloces.
Cardoso sentado en el guardabarro delantero del Ford T de Pairetti
Fotos: historiatc.com.ar y de deautosmotivo.
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