El domingo 30 de mayo de 1965, se ponía en marcha la 7ª edición de La Vuelta de Arrecifes, un clásico del Turismo Carretera de aquel entonces.
El TC en 1965
Con el cambio de año llegó también el cambio de reglamento. La cilindrada se redujo a 4000 cc y se podría utilizar motores de una marca sobre chasis de otra. El calendario arrancó el 10 de enero en Córdoba. Carlos Pairetti, primero con Volvo 122 SB y después con el Chevrolet, retornó invicto tras dos fines de semana de competencias con epicentro en la provincia mediterránea. A continuación Emiliozzi se apuntó dos porotos: Firmat (Santa Fe) y la “Dos Oceános”. Entre medio, Jorge Cupeiro paseó triunfal por el autódromo de Buenos Aires. Mientras que en abril, en la segunda visita al autódromo de Buenos Aires, Luis Di Palma aprovechó la lluvia para dejar atrás al “Chevitú”. Carlos Loeffel ganó la interprovincial Hughes (S. Fe)-Río Cuarto (Córdoba) y los Emiliozzi retornaron al triunfo en Necochea.
Mayo no dejó domingo libe en el calendario para el Turismo Carretera. El 2, Eduardo Casá ganó en La Pampa; el 9, Cupeiro se impuso en Pergamino. El 16, Marcos Ciani venció en Santa Fe y el 23, Loeffel repetía en Ensenada. En cinco meses 12 carreras. ¡Asombroso! El precio que se pagó también fue alto: Ángel Meunier-Umberto Lorenzetti, Raimundo Caparrós-Héctor Pérez, Santiago Luján Saigós-Mateo Karelovich, pilotos y acompañantes que se inmolaron antes de Arrecifes.
AusenciasPor diferentes motivos no se presentaron a correr en la 7ª Vuelta de Arrecifes Dante Emiliozzi, Marcos Ciani y Carlos Loeffel. Mientras que participaría por primera vez en sus pagos Carlos Marincovich “Sandokán II”, quien a partir del 30 de agosto de 1964 -en la Vuelta de Salto- había puesto en vigencia un apellido con historia dentro del Turismo Carretera.
“El favorecido”La subcomisión de automovilismo del Club Social Argentino había reservado el nº 48 para “El Favorecido”, ya que previo a la carrera se sorteaba el Chevrolet que habían corrido Néstor Marincovich y Carlos Pairetti. El mismo “Bataraz” que le dio la victoria a Pairetti cuando se despedía de él en la Villa Carlos Paz-San Francisco, del 17 y 18 de enero. De tal forma, el poseedor de la rifa podría participar en la carrera. José Daporta, cuyo billete salió favorecido, prefirió venderlo.
Pruebas de clasificaciónDespués de tres años se volvió a largar por el resultado de las pruebas de clasificación, que se desarrollaron el sábado 29 en un circuito de tierra compactada de 3.300 metros, propiedad del Club Social Argentino. Jorge Cupeiro estableció el mejor tiempo y largó con el 1. Pairetti con el 2, Di Palma con el 3, “Sandokán II” con el 5 y “Atalaya” (José Pozzi) con el 34, completando estos últimos la representación local. Por otra parte, el ingeniero Rafael Sierra acompañaba a Jorge Cupeiro en el “Chevitú” para vivir una experiencia inolvidable en sus pagos.
La carreraCupeiro dominó desde el inicio hasta el banderazo final. Sólo Pairetti le opuso resistencia, viajando permanentemente a escasos segundos del “Chevitú”. Detrás, seguían Di Palma, Ríos y Gimeno. “Sandokán II”, de buen desempeño -marchaba cuarto-, abandonó en la segunda vuelta. En la última vuelta una goma retrasó a Pairetti y confirmó la victoria de Cupeiro, quien estableció un nuevo récord de vuelta, en la cuarta, con 36m00s2/5 a 185,645 km/h.
Clasificación final (559,750 km)
1. Jorge Cupeiro (Chevitú) 3h01m49s a 184,719 km/h.
2. Carlos Pairetti (Chevrolet) 3h04m52s3/5
3. Luis Di Palma (Chevrolet) 3h08m38s
4. Armando J. Ríos (Chevrolet) 3h12m23s
5. Oscar Cordonier (Chevrolet) 3h16m04s
6. Rodolfo de Álzaga (Ford)
7. Héctor Rey (Ford)
8. Carmelo Galbato (Ford)
9. Ovidio Tintorelli (Chevrolet)
10. Raúl Cottet (Ford)
Finalizaron: 16 (41%) de los 39 pilotos que largaron.
El último clasificado fue Fernando Mártore (Ford), a 1 vuelta.
“El Tatay Show” Según Juan Carlos Pérez Loizeau (El Gráfico).
“El modesto y pintoresco puentecito de Tatay terminará en un museo. Ya lo distingue todo el país automovilístico. “Primera vuelta: El Chevytú venía apurado tratando de alejarse de Pairetti. Cupeiro hizo la maniobra perfecta y se fue para Carmen de Areco. Ya empezaban los gritos.
Poco después apareció Pairetti, quien pasó el puente de madera, de 90 grados, con su habitual solvencia y particular estilo. Luego cruzó Di Palma sin su calidad habitual. Evidentemente destemplado todavía. La aparición de Álzaga -estrella del momento- motivó los primeros entusiasmos importantes -dobló por el riel y siguió dejando comentarios de admiración-.
“Marincovich hizo una maniobra exacta y fue seguido por Gimeno, quien dobló acelerando con intermitencia. ‘Bamse’ lo escoltaba de cerca. Apareció el ‘showman’ máximo de la jornada: Johnny Perkins. Llegó por la recta muy fuerte, frenó y entró en el puente con el auto atravesado; con un ‘volantazo’ lo corrigió, pero inició el derrape a la inversa. Cuando salió del puente estaba otra vez de costado y se aproximaba rápidamente al borde del camino. Más volantazos, tierra para todo el país y una sucesión de maniobras endemoniadas lo ubicaron durante unos 150 metros, un rato en el camino y otro sobre el pasto y con la zanja llamándolo insistentemente. Toda su pelea con el auto y la geografía de la provincia, naturalmente tuvo el coro de 2.000 gargantas que voceaban cada movimiento con una exclamación parecida a la del ¡gol! de la cancha de fútbol. Un espectáculo marciano.”
“Aloé: llegó fuerte y entró torcido, se arrepintió justo a tiempo y dobló. La cola le tiró un cachetazo al primer poste y motivó una zambullida a la zanja de un gaucho con gorra, que probablemente, era la primera vez que veía la Vuelta de Arrecifes. Aloé torció la rueda delantera izquierda.
“Mártore con los faros encendidos, señal de que andaba sin frenos. Y Tatay perdona cualquier cosa menos andar sin ese elemento. Por lo tanto, se aproximó a regular velocidad y sin detenerse nada… siguió derecho. Lástima que el puente estaba al costado. Piloto y acompañante se agarraron fuerte, el auto subió el cordón de tierra y pasto y así derechito, como venía, fue a parar al fondo de la zanja junto al río. Quedó parado como en un estacionamiento subterráneo. La multitud lo sacó del apuro empujando.”
APOSTILLAS de la 7ª Vuelta Poco después apareció Pairetti, quien pasó el puente de madera, de 90 grados, con su habitual solvencia y particular estilo. Luego cruzó Di Palma sin su calidad habitual. Evidentemente destemplado todavía. La aparición de Álzaga -estrella del momento- motivó los primeros entusiasmos importantes -dobló por el riel y siguió dejando comentarios de admiración-.
“Marincovich hizo una maniobra exacta y fue seguido por Gimeno, quien dobló acelerando con intermitencia. ‘Bamse’ lo escoltaba de cerca. Apareció el ‘showman’ máximo de la jornada: Johnny Perkins. Llegó por la recta muy fuerte, frenó y entró en el puente con el auto atravesado; con un ‘volantazo’ lo corrigió, pero inició el derrape a la inversa. Cuando salió del puente estaba otra vez de costado y se aproximaba rápidamente al borde del camino. Más volantazos, tierra para todo el país y una sucesión de maniobras endemoniadas lo ubicaron durante unos 150 metros, un rato en el camino y otro sobre el pasto y con la zanja llamándolo insistentemente. Toda su pelea con el auto y la geografía de la provincia, naturalmente tuvo el coro de 2.000 gargantas que voceaban cada movimiento con una exclamación parecida a la del ¡gol! de la cancha de fútbol. Un espectáculo marciano.”
“Aloé: llegó fuerte y entró torcido, se arrepintió justo a tiempo y dobló. La cola le tiró un cachetazo al primer poste y motivó una zambullida a la zanja de un gaucho con gorra, que probablemente, era la primera vez que veía la Vuelta de Arrecifes. Aloé torció la rueda delantera izquierda.
“Mártore con los faros encendidos, señal de que andaba sin frenos. Y Tatay perdona cualquier cosa menos andar sin ese elemento. Por lo tanto, se aproximó a regular velocidad y sin detenerse nada… siguió derecho. Lástima que el puente estaba al costado. Piloto y acompañante se agarraron fuerte, el auto subió el cordón de tierra y pasto y así derechito, como venía, fue a parar al fondo de la zanja junto al río. Quedó parado como en un estacionamiento subterráneo. La multitud lo sacó del apuro empujando.”
Reaparición: Pairetti reaparecía tras 45 días de inactividad aquejado por una úlcera estomacal.
Ganadores de vueltas: Cupeiro ganó 4 de las 5: 36m07s1/5, 36m13s, 36m00s2/5 y 37m16s3/5. Pairetti se adjudicó la 2ª en 36m02s2/5. Precisamente allí se registraba la menor diferencia con Cupeiro: 1s1/5.
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