"Froilán González se acerca al control de Elortondo. Logró el séptimo
puesto en la general, pese a sufrir detenciones en la ruta".
Coche a la Vista Año II Nº 20 de Marzo de 1949
Seguramente a José Froilán González se lo reconoce más por su triunfo con la Ferrari en el Gran Premio de Inglaterra de 1951. El primero en el historial de la casa de don Enzo en la Fórmula 1, que por sus actuaciones en Turismo Carretera. Sin embargo, el hombre de Arrecifes siempre ligado a los monopostos también tiene su pasado en la folclórica categoría de nuestro automovilismo.
Con 25 años recién cumplidos y 13 participaciones en Fuerza Limitada, categoría en la que era flamante ganador (el 14 de diciembre, en el Premio Ciudad de Chacabuco), Froilán debutó en TC el 20 de diciembre de 1947 con un Dodge, acompañado por Bernardo Pérez. Su primera participación terminó con un abandono en la segunda etapa, tras haber finalizado 20º en la primera.
Así reflejó un cronista de Crítica la deserción de González, por entonces un ignoto corredor para el TC. “Abandonó J. F. González. En este control de Azul, abandonó el 98, piloteado por José F. González, que corría con el seudónimo de ‘Bestium’. Su abandono ha sido causado por desperfectos mecánicos.”
Por otra parte, también resulta interesante recordar la historia del auto, referida por el propio Froilán:
“Como era casi de costumbre, a ese auto lo compré en uno de mis frecuentes viajes con el camión de cereales. En una de las tantas escapadas a Buenos Aires, saliendo del Mercado de Abasto, donde había cargado fardos de pasto, al pasar por Ecuador 60 lo vi en una vidriera. Me bajé, lo revisé… Era un ‘cachivache’, pero en aquella época decir que había sido del ‘colorado’ (Augusto) McCarthy era toda una garantía.”
Casi un año después, Pepe corre el Gran Premio a la América del Sur, esta vez con una cupé Chevrolet 1939. Siempre acompañado por Bernardo Pérez. Finalizaron 89º en la primera etapa, tras reparar la caja de velocidad y el núcleo de diferencial. Arribaría 8º en la segunda etapa, para retirarse definitivamente en la tercera:
“En Salta tuvimos que cambiar el diferencial…Largamos 72º y en la Quebrada de Humahuaca empecé a pasar autos andando por arriba de las piedras. Llegamos a estar 8º por tiempo neto pero tuve que aflojar porque no me quedó ni un amortiguador sano. Después, de Salta a Potosí fue un calvario. Llegué con el auto muy herido y no seguimos.”
Las 1000 Millas del 48…
El 16 de enero del ‘49, vuelve a la ruta. Esta vez para correr las 1000 Millas correspondientes al año 1948 y suma un nuevo abandono:
“Una vez en carrera las cosas nos fueron saliendo bien (ya que antes de largar tuvieron que regresar a Arrecifes a cambiar la tapa de cilindros). Al amanecer estábamos bastante bien colocados pero una lloviznita pegaba la tierra del camino en el parabrisas… De pronto, escuché la voz de Bernardo (Pérez):
‘-Pepe, ¿ves bien?’
‘Sí, sí, se ve bien…’
“A los minutos no más, mientras Bernardo trataba de acomodarse los ojos para ver algo, se nos viene encima una curva de 90 grados…¡Ni tiempo de hacer nada! Era una esquina sin escape, así que rebajé como pude y lo ‘virajié’… Empezamos a volcar en un potrero y acababa de detenerse el auto sobre el techo cuando no tuve mejor idea que decir: ‘Me cache en diez, ¡no se veía un cuerno!...
“Bernardo casi me mata. Me salvó la gente, que nos puso el auto sobre las cuatro ruedas sin darnos tiempo a bajar. Volvimos al camino pero se había torcido la dirección y el auto no andaba derecho ni de casualidad. Bernardo no quiso seguir y ahí no más abandonamos…”
En febrero, corre la Vuelta de Santa Fe y arriba 7º tras completar 1726 kilómetros en dos etapas. Dos meses más tarde llega 20º en el “Premio Circuito de Turismo” y su última participación en la categoría sería el 2 de octubre de 1949 en la “Doble Vuelta de Rojas”, donde termina 6º. Siempre acompañado por Bernardo Pérez. Pepe volvería a la categoría en 1964, como propietario del Chevitú, verdadera revolución del TC. Pero, ésa ya es otra historia…
Los números de Froilán en el TCCon 25 años recién cumplidos y 13 participaciones en Fuerza Limitada, categoría en la que era flamante ganador (el 14 de diciembre, en el Premio Ciudad de Chacabuco), Froilán debutó en TC el 20 de diciembre de 1947 con un Dodge, acompañado por Bernardo Pérez. Su primera participación terminó con un abandono en la segunda etapa, tras haber finalizado 20º en la primera.
Así reflejó un cronista de Crítica la deserción de González, por entonces un ignoto corredor para el TC. “Abandonó J. F. González. En este control de Azul, abandonó el 98, piloteado por José F. González, que corría con el seudónimo de ‘Bestium’. Su abandono ha sido causado por desperfectos mecánicos.”
Por otra parte, también resulta interesante recordar la historia del auto, referida por el propio Froilán:
“Como era casi de costumbre, a ese auto lo compré en uno de mis frecuentes viajes con el camión de cereales. En una de las tantas escapadas a Buenos Aires, saliendo del Mercado de Abasto, donde había cargado fardos de pasto, al pasar por Ecuador 60 lo vi en una vidriera. Me bajé, lo revisé… Era un ‘cachivache’, pero en aquella época decir que había sido del ‘colorado’ (Augusto) McCarthy era toda una garantía.”
Casi un año después, Pepe corre el Gran Premio a la América del Sur, esta vez con una cupé Chevrolet 1939. Siempre acompañado por Bernardo Pérez. Finalizaron 89º en la primera etapa, tras reparar la caja de velocidad y el núcleo de diferencial. Arribaría 8º en la segunda etapa, para retirarse definitivamente en la tercera:
“En Salta tuvimos que cambiar el diferencial…Largamos 72º y en la Quebrada de Humahuaca empecé a pasar autos andando por arriba de las piedras. Llegamos a estar 8º por tiempo neto pero tuve que aflojar porque no me quedó ni un amortiguador sano. Después, de Salta a Potosí fue un calvario. Llegué con el auto muy herido y no seguimos.”
Las 1000 Millas del 48…
El 16 de enero del ‘49, vuelve a la ruta. Esta vez para correr las 1000 Millas correspondientes al año 1948 y suma un nuevo abandono:
“Una vez en carrera las cosas nos fueron saliendo bien (ya que antes de largar tuvieron que regresar a Arrecifes a cambiar la tapa de cilindros). Al amanecer estábamos bastante bien colocados pero una lloviznita pegaba la tierra del camino en el parabrisas… De pronto, escuché la voz de Bernardo (Pérez):
‘-Pepe, ¿ves bien?’
‘Sí, sí, se ve bien…’
“A los minutos no más, mientras Bernardo trataba de acomodarse los ojos para ver algo, se nos viene encima una curva de 90 grados…¡Ni tiempo de hacer nada! Era una esquina sin escape, así que rebajé como pude y lo ‘virajié’… Empezamos a volcar en un potrero y acababa de detenerse el auto sobre el techo cuando no tuve mejor idea que decir: ‘Me cache en diez, ¡no se veía un cuerno!...
“Bernardo casi me mata. Me salvó la gente, que nos puso el auto sobre las cuatro ruedas sin darnos tiempo a bajar. Volvimos al camino pero se había torcido la dirección y el auto no andaba derecho ni de casualidad. Bernardo no quiso seguir y ahí no más abandonamos…”
En febrero, corre la Vuelta de Santa Fe y arriba 7º tras completar 1726 kilómetros en dos etapas. Dos meses más tarde llega 20º en el “Premio Circuito de Turismo” y su última participación en la categoría sería el 2 de octubre de 1949 en la “Doble Vuelta de Rojas”, donde termina 6º. Siempre acompañado por Bernardo Pérez. Pepe volvería a la categoría en 1964, como propietario del Chevitú, verdadera revolución del TC. Pero, ésa ya es otra historia…
20 y 21.12.1947 - 1000 Millas Argentinas (Dodge)
Corrió con el seudónimo Bestiúm y su acompañante (Bernardo Pérez) Atila.
Por sorteo les tocó el Nº 98.
1ª etapa: 20º
2ª etapa: abandona en Azul.
20.10.1948 - (Nº 36) G.P. a la América del Sur (Chevrolet)
1ª etapa: Bs. Aires - Salta (1692,6 km): 89º
2ª etapa: Salta - La Quiaca (380 km): 8º
3ª etapa: Villazón-Potosí (459,8 km): abandonó
16.01.1949 - (Nº 21) 1000 Millas Argentinas de 1948: abandonó
20 y 21.02.1949 - (1726 km) Vuelta de Santa Fe: 7º
17.04.1949 - (1043,75 km) “Premio Circuito de Turismo” (Mar del Plata): 20º
02.10.1949 (950 km) - Doble Vuelta de Rojas: 6º
Material consultado:
Historia de una pasión, de Alfredo Parga, y Una pasión sobre ruedas, de Roberto Carozzo. Revista Corsa de 1975.
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