El próximo 14 de diciembre se cumplirán 70 años de la muerte de Julio Pérez. El malogrado corredor arrecifeño murió durante el desarrollo de las Mil Millas de 1940, cuando volcó con su Chevrolet Nº 5 luego de trasponer la localidad bonaerense de De la Garma. Bernardo Pérez, su acompañante y amigo, sufrió graves lesiones de las que se recuperó tras un año de internación. deautosmotivo quiere rendirle un homenaje recreando algunas crónicas de la época.
“Allá en Arrecifes era Julio. Desde el niño hasta el viejo, así le llamaban. Por su nombre. Prescindiendo del apellido. Sólo había un Julio. No existía lugar para otro. Y no habrá otro Julio. Su muerte trágica ha hecho una herida en los corazones y la sangre mana. Cuando el tiempo cierre la herida, adentro quedará un recuerdo imperecedero para el único Julio, para el que lo dio todo sin pedir nada”, párrafos de la nota que publicó El Gráfico en diciembre de 1940.
Por su parte, Ricardo Lorenzo “Borocotó” en su libro Medio siglo del automovilismo argentino, destacaba el generoso aporte de Pérez a los pilotos de Chevrolet:
“… Yarza, Gauthier y Julio Pérez estuvieron prendidos en esa carrera (N de la R: GP de 1939) al promediar la misma, y la circunstancia de que los tres llevaran Chevrolet, repercutió hondamente en el automovilismo. -¡Cómo caminan los “chivos”!- fue la expresión pintoresca de Domingo Marimón, confiada a mí en Tandil. Los Chevrolet habían comenzado a andar y la supremacía establecida por los Ford, (aunque no hubieran vencido en las dos primeras ediciones del nuevo Gran Premio) comenzaba a verse muy amenazada. Además de haber venido de fábrica los nuevos motores Chevrolet con mayor potencia, y de la facilidad que acuerda un motor de cilindros en línea para su preparación, otro detalle influyó sobremanera: los caños rectangulares de admisión que aumentaban el régimen. El hallazgo se había verificado en Arrecifes y en ello tuvo mucho que ver Julio Pérez, quien, generoso de suyo desparramó el conocimiento. Así los Chevrolet fueron equipados con ese nuevo tipo de admisión.”
En tanto, que Ángel Pascuali, corredor y poeta, al escribir su “Holocausto” dedicó unos versos a Julio Pérez: “Mil Millas de la emoción// le va corriendo el recuerdo…// Para la cita de honor// ya llega entre los primeros…// Julio Pérez… Julio Pérez…//¡otros te iremos siguiendo!
Por último, Roberto Horacio Montes, en Coche a la Vista, de setiembre de 1959, recordó de esta manera al piloto caído en De la Garma."(…) Fue él, el deportista nato, sin egoísmos, quien al crear un múltiple de admisión que brindaba mayor eficiencia al motor y pudiendo haber guardado en provecho propio esa creación, se la brindó generosamente a todos sus colegas y hasta la General Motors lo adoptó después en sus coches standard. Fue el mismo Julio Pérez que al saber en el Gran Premio de 1940 que Fangio iba punteando pero con desperfectos en el diferencial entre La Quiaca y Jujuy, se detuvo junto al "Chueco" y le dijo que no se preocupara, que siguiera adelante que él iba a correr detrás suyo para darle si era necesario su diferencial para que lo colocara en su auto. Y Julio iba muy bien ubicado hasta allí. Así era Julio Pérez, largo, flaco y un deportista de los que hoy se añoran".
Julio Eugenio Pérez
Nació el 6 de setiembre de 1907. Debutó en Arrecifes, en 1930: 1º en 2ª Categoría, con un Chevrolet 4. Participó en 7 Grandes Premios y 2 Mil Millas. Ganó dos etapas en el GP Internacional del Sud de 1939: la 8ª (Esquel – C. Rivadavia) y la 10ª (Patagones-Tandil). Mejores actuaciones: Gran Premio Virginio Grego, 1936: 4º - Gran Premio del Sud Argentino, 1938: 8º - Gran Premio del Sud, 1939: 2º. Siempre con Chevrolet.
Fotos: último saludo; Yarza, Pérez y Gauthier; A pocos kilómetros del accidente con la Chevrolet 1940 Nº 5; Julio, Bernardo y la gente en el Gran Premio de 1939.
“Allá en Arrecifes era Julio. Desde el niño hasta el viejo, así le llamaban. Por su nombre. Prescindiendo del apellido. Sólo había un Julio. No existía lugar para otro. Y no habrá otro Julio. Su muerte trágica ha hecho una herida en los corazones y la sangre mana. Cuando el tiempo cierre la herida, adentro quedará un recuerdo imperecedero para el único Julio, para el que lo dio todo sin pedir nada”, párrafos de la nota que publicó El Gráfico en diciembre de 1940.
Por su parte, Ricardo Lorenzo “Borocotó” en su libro Medio siglo del automovilismo argentino, destacaba el generoso aporte de Pérez a los pilotos de Chevrolet:
“… Yarza, Gauthier y Julio Pérez estuvieron prendidos en esa carrera (N de la R: GP de 1939) al promediar la misma, y la circunstancia de que los tres llevaran Chevrolet, repercutió hondamente en el automovilismo. -¡Cómo caminan los “chivos”!- fue la expresión pintoresca de Domingo Marimón, confiada a mí en Tandil. Los Chevrolet habían comenzado a andar y la supremacía establecida por los Ford, (aunque no hubieran vencido en las dos primeras ediciones del nuevo Gran Premio) comenzaba a verse muy amenazada. Además de haber venido de fábrica los nuevos motores Chevrolet con mayor potencia, y de la facilidad que acuerda un motor de cilindros en línea para su preparación, otro detalle influyó sobremanera: los caños rectangulares de admisión que aumentaban el régimen. El hallazgo se había verificado en Arrecifes y en ello tuvo mucho que ver Julio Pérez, quien, generoso de suyo desparramó el conocimiento. Así los Chevrolet fueron equipados con ese nuevo tipo de admisión.”
En tanto, que Ángel Pascuali, corredor y poeta, al escribir su “Holocausto” dedicó unos versos a Julio Pérez: “Mil Millas de la emoción// le va corriendo el recuerdo…// Para la cita de honor// ya llega entre los primeros…// Julio Pérez… Julio Pérez…//¡otros te iremos siguiendo!
Por último, Roberto Horacio Montes, en Coche a la Vista, de setiembre de 1959, recordó de esta manera al piloto caído en De la Garma."(…) Fue él, el deportista nato, sin egoísmos, quien al crear un múltiple de admisión que brindaba mayor eficiencia al motor y pudiendo haber guardado en provecho propio esa creación, se la brindó generosamente a todos sus colegas y hasta la General Motors lo adoptó después en sus coches standard. Fue el mismo Julio Pérez que al saber en el Gran Premio de 1940 que Fangio iba punteando pero con desperfectos en el diferencial entre La Quiaca y Jujuy, se detuvo junto al "Chueco" y le dijo que no se preocupara, que siguiera adelante que él iba a correr detrás suyo para darle si era necesario su diferencial para que lo colocara en su auto. Y Julio iba muy bien ubicado hasta allí. Así era Julio Pérez, largo, flaco y un deportista de los que hoy se añoran".
Julio Eugenio Pérez
Nació el 6 de setiembre de 1907. Debutó en Arrecifes, en 1930: 1º en 2ª Categoría, con un Chevrolet 4. Participó en 7 Grandes Premios y 2 Mil Millas. Ganó dos etapas en el GP Internacional del Sud de 1939: la 8ª (Esquel – C. Rivadavia) y la 10ª (Patagones-Tandil). Mejores actuaciones: Gran Premio Virginio Grego, 1936: 4º - Gran Premio del Sud Argentino, 1938: 8º - Gran Premio del Sud, 1939: 2º. Siempre con Chevrolet.
Fotos: último saludo; Yarza, Pérez y Gauthier; A pocos kilómetros del accidente con la Chevrolet 1940 Nº 5; Julio, Bernardo y la gente en el Gran Premio de 1939.
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