viernes, 10 de abril de 2020

Murió Héctor Moisello


Hoy, a través de un familiar me llegó la noticia de la muerte de Héctor Moisello, a los 84 años. 

Moisello fue un mecánico del automovilismo argentino. Tenía poco más de un año de vida cuando falleció su padre (también Héctor) en un accidente que protagonizaron con Ángel  Lo Valvo, a quien acompañaba en el Gran Premio del Sur Argentino de 1938.

Héctor ingresó en un colegio industrial de Pergamino y completó sus estudios en la Capital Federal. Fue un distinguido discípulo de Bernardo Pérez, en el taller de su tío Froilán González. Pero también impuso su impronta. 

"Héctor, si bien con Bernardo aprendió mucho, luego se destacó por sus propios trabajos. Sobre todo en la etapa en la que mi primo Rody corría la Chevy de Froilán. Héctor desarrolló un motor Chevrolet 194, que de origen era 3 litros, y era más rápido que los 250 que usábamos nosotros", recuerda Carlos Marincovich. "Con él, como integrante del equipo ganamos con el Chevitres ", agrega. 

Héctor –silenciosamente- durante años escribió una página importante del automovilismo arrecifeño a través de su trabajo como mecánico de autos de carrera. Había nacido en Arrecifes, el 3 de agosto de 1936


viernes, 3 de abril de 2020

1967: "Espartaco" y Lizzi en los 500 Km de Zárate


El 8 de  octubre de 1967, Mario Litardo “Espartaco” y Orlando Lizzi participaron en los 500 Kilómetros de Zárate, carrera previa al Gran Premio Internacional de Turismo Anexo J.  “Espartaco” arribó 3° en la categoría “A”  y Lizzi, 4° en la “B”. 

En la categoría menor, Raúl Becco ganó  a 118,260 Km/h. Julio Pardo y "Espartaco" (todos con De Carlo) completaron el podio. Para Becco también fue la vuelta rápida: 18m46s a 128,571 Km/h.

Emilio Parisi (Renault 1093) se adjudicó la categoría "B" a 136,361 Km/h. Segundo, finalizó "Transfer" (Luis "Pino" Arean) con Auto Unión y tercero Eduardo Del Coto (Renault). 
Orlando Lizzi (Auto Unión) y Félix Di Filippo (Renault) completaron las cinco primeras posiciones de la categoría más numerosa, con 26 participantes.



Carlos Reutemann (Fiat 1500) ganó la Categoría "C", la menos numerosa, pero la más rápida. El santafesino, que años más tarde brillaría en Fórmula 1, promedió 145,760 Km/h. Daniel Arnold y Norberto Castelli, también con Fiat 1500, integraron el podio. El récord de vuelta fue para Roberto Pachelo: 15m24s a 155,627 Km/h.

El circuito
"Largas rectas formaban el circuito del denominado 'Banco de Pruebas´. El estado del piso, en la mañana del domingo, era un verdadero ´billar´. A las lluvias caídas en los últimos días se sumó el buen trato proporcionado por los organizadores en horas previas a la largada", comentó  Arturo Canónigo en su crónica de la carrera en la revista Automundo.

Acompañantes arrecifeños
Rodolfo "Negro" Saldaña (de "Espartaco") y Raúl Gattelet (padre) de Lizzi.

"Susto"
“La semana anterior a la carrera, salí con un Fiat 1500 para recorrer el circuito. A la persona que me acompañaba la convencí con la idea de que lo haríamos muy tranquilos. Pero en el camino de tierra, que estaba muy lindo, se me soltó el indio y empecé a caminar más fuerte. Había una ‘ese´ con un puente al medio. Un grupo de gente que estaba mirando nos empezó a  hacer señas. Creí que nos saludaban. Cuando doblé en la primera curva y estoy por encarar el puente, venía un camión de hacienda de frente ¡Frené! el auto se puso de costado y pegó contra la baranda, se abrió una de las puertas traseras y el porta documentos de mi ocasional acompañante cayó al arroyo….”, recordaba Mario Litardo, hace un par de días.


Participantes por Categorías:  “A”, 22;  “B”, 26 y “C”, 16.

martes, 24 de marzo de 2020

¡Da gusto ver manejar a ese chico…! Amén

 Qué mejor título para contar el triunfo de Luis Di Palma en la lluviosa tarde del 11 de abril de 1965, en el autódromo de Buenos Aires, nada menos que ante Jorge Cupeiro y el Chevytú. Curiosamente,  es tomado del epílogo de la crónica que escribió “Derrape” en Automundo N° 3, del 15 de abril de 1965.


El título de la crónica fue :  TC, AGUA Y AUTÓDROMO


Transcribimos el desarrollo de la prueba final a través de la pluma de “Derrape”

"20 vueltas y dos autos
19 máquinas largaron la final. Hubo ojos para dos de ellas. Luis Di Palma y Jorge Cupeiro mostraron cuánto hay de bueno en los autos que compiten, y cuánto hay de bueno en la forma en que los conducen. Di Palma, en cuanto tuvo la evidencia de que la tenida de su auto había mejorado sustancialmente, comenzó una ofensiva notable por las características de impetuosidad que supo imprimirle.
Rebasadas las líneas  de Tempone y de Galbato -quien sufriera rotura de caja, continuando en carrera en directa-, Di Palma se lanzó literalmente, a darle caza a Cupeiro. Arriesgó quizá más de lo necesario. Acortó distancias en el frenaje y viró, en repetidas oportunidades, jugando la chace de la carrera en la posibilidad del trompo. Cupeiro presentó batalla. Pasado a la entrada del curvón, quedó al acecho, como si estudiara el punto flojo de su oponente. La oportunidad llegó en la curva de Ascari: Di Palma desliza hacia el cordón y Cupeiro, por adentro, quiebra la línea del N° 1. Luego la horquilla. Una vez más, ésta no le fue propicia al "Chevutú". A la inversa de lo sucedido cuando Jorge Penna le ganara, en el mismo lugar, una inolvidable carrera, Cupeiro vigiló el frenaje. Con ambos coches en una línea, frenó donde debía frenar. Di Palma arriesgó y entró primero a la horquilla, para no perder más la punta. Sólo 3" 7/10 los separaban cuando la bandera a cuadros indicó el final. Alguien que sabe mucho dijo: -¡Da gusto ver manejar a ese chico...Amén."


Clasificación de la Final
1º Luis Di Palma (Chevrolet) 30m29s8, a 123,536 km/h, 2º Jorge Cupeiro (Chevrolet) a 3s7, 3º Pablo Fachini (Ford) a 59s3, 4º Carmelo Galbato (Ford) a 1m11s1, 5º Elpidio Tortone (Chevrolet) a 1m13s3. Récord de vuelta: Di Palma, en la 9ª, 1m28s2, a 128,145 km/h.

Apostillas

Di Palma corrió con un motor y la caja de velocidades que le facilitó Rubén Roux. 

“Roux me prestó el motor y la caja, lo pusimos en mi auto y ganamos. Después, él me decía: - cuánto tiempo hace que punteaba en las carreras y no se me daba. Tuve la suerte de prestártelo y ganaste. Yo sabía que era un motor ganador”, explicaba Luis.

Héctor Molle, que fue el ocasional acompañante en aquella carrera, recuerda: “Por la mañana, cuando nos despertamos y abrimos la ventana en el Hotel,  al ver que llovía, el Ñato  dijo (Nota: Roberto Aguirre, acompañante habitual de Di Palma) –Es la única manera que ustedes puedan ganar hoy-"


Fuentes consultadas:  
issuu.com/viejasrevistasautomundo; libro “Por Siempre Di Palma”

domingo, 1 de marzo de 2020

García Veiga, en Sport Prototipo

 El domingo 1 de marzo de 1970, Néstor Jesús García Veiga, con el Trueno Sprint-Chevrolet, triunfaba en el autódromo de la ciudad de Buenos Aires.

Menos afortunados resultaron los otros tres arrecifeños que participaron en la inauguración de la temporada: Luis Di Palma (Liebre-Tornado) abandonó prematuramente, no sin antes dejar su sello personal: “Copello y Di Palma: hombres de Tornado. El campeón fue segundo en gran carrera. Di Palma pasó a todos sus contrincantes por afuera, en Ascari. Metros más allá se quedó.”


Carlos Pairetti y Carlos Marincovich, en su primera participación con los Formisano Ford, también quedaron fuera de carrera muy pronto: “A Pairetti se le reventó el filtro de aceite en la largada y se le inundó el auto de óleo.  Marincovich, por el embrague, tampoco pudo ir muy lejos.” Además, no la pasaron muy bien con la parcialidad de Chevrolet ante el cambio de marca: "Parte de la tribuna censuró con silbidos el cambio de marca de Pairetti, pero el ex campeón de TC se hallaba muy serio y ocupado para oírlos" 


La mirada de Martín Calvo, en Automundo N° 252, del 3 de marzo de 1970-
"Néstor García Veiga debutó en el equipo de la CDC-Chevrolet con un triunfo de punta a punta. Algunos objetaron su victoria porque parte de la prueba la corrió con una puerta de de su Trueno abierta. Pero hay otra puerta que se abre para el joven arrecifeño: este triunfo, unido a la serie final del año pasado, lo ubica entre los pilotos argentinos que están para cosas más importantes; internacionales quizá. No innovar también dio resultados para el campeón Copello. Pairetti y Marincovich deberán esperar que los Formisano-Ford se hallen a punto. Gradassi y Estéfano se encargaron de defender la marca del óvalo" 

Sport Prototipo (el podio)
Circuito N° 15 de 6.121,70 - 20 vueltas y fracción de 5.911,70 m. Total: 128,346 Km
1. Néstor Jesús García Veiga (Trueno Sprint-Chevrolet) 47.43.5/10 a 161,356Km/h.
2. Eduardo Copello (Numa III-Tornado) a 12s2
3. Héctor Luis Gradassi (Formar-Ford F-100) a 59s0

Récord de vuelta: 
Néstor Jesús García Veiga, en la 2a, 2.12.6 a 166,200 Km/h.

lunes, 24 de febrero de 2020

Marincovich y Pairetti en el equipo AUTOMUNDO

Entre el 22 de enero y el 12 de febrero de 1967, se desarrolló la Temporada Internacional de F3 en la Argentina. Carlos Pairetti y Carlos Marincovich, junto con Juan Manuel Bordeu, integraron el equipo que auspiciaba la revista AUTOMUNDO

Los arrecifeños y el balcarceño condujeron tres Brabham BT18-Cosworth, el N° 56 para Il Matto, el 58 para Bordeu y el 60 a cargo de Marincovich. Pairetti y Bordeu tenían experiencia sobre los monopostos, Marincovich no. Los dos Carlos hasta allí habían forjado su actuación en el Turismo Carretera de las rutas y de los caminos de tierra. Tenían estilos muy diferentes: Pairetti todo ímpetu, Marincovich con un estilo más aplomado. Los dos coincidían en llevar lo más rápido posible cuanto auto de carrera pusieran en sus manos.


Por diferentes motivos, sobre todo mecánicos, los resultados finales no alcanzaron la expectación que había despertado la participación de los arrecifeños en la Temporada. Sin embargo, ambos consiguieron destacarse con buenos trabajos parciales. "Entre los argentinos se destacó netamente Pairetti. Su trabajo en los mixtos resultó por demás atrayente. Conduciendo con firmeza, pisando fuerte en todas partes, gustó al público y a los entendidos. Parece dispuesto a buscar mejor ubicación que en la carrera anterior. Tanto su máquina como los restantes del equipo AUTOMUNDO, se encuentran en perfecto estado. Bordeu realizó una labor más apaciguada, buscando ablandamiento y estudiando  cada tramo. Marincovich, evidenciando notables progresos, muchos más de los esperados (Automundo N° 91 -31 Enero 1967 –)


" La primera serie...

...encontró a Marincovich, Kissling, Martín y Andrea Vianini defendiendo el localismo. El pique fue de Servoz-Gavin, seguido por Regazzoni, Jaussaud y Offenstad. Marincovich estaba quinto. Sin complejos, decidió atacar las posiciones del francés. En eso estaba, muy pegado a su cola, cuando en la curva de bajada a la Base Naval, se desplazó violentamente sobre los fardos de paso. Con el auto arriba de ellos insistió en regresar a la pista y logró su intento. Fue casi una ovación la que premió, no la maniobra, pero si el coraje. Mientras tanto, Servoz-Gavin hacien entrenamiento ágil (...) El reingreso a la pista de Marincovich llamó la atención, no por el hecho en sí, sino porque volvió a ubicarse a la cola de Offenstadt y, pegado a él, vio cómo los esfuerzos del pequeño francés por despegarlo eran infructuosos."

"El brazo en alto y el casco en la mano simbolizan dos momentos de la actuación de Carlos Pairetti en Mar del Plata. El brazo levantado dice a las claras de la popularidad del arrecifeño que en las buenas o en las malas es siempre aclamado, viéndose  obligado al saludo. El casco en la mano documenta el 'no va más' experimentado por el piloto de la Escudería AUTOMUNDO durante la segunda serie de la prueba. Abandono que se repetiría en la final. 

"Pairetti y Marincovich fueron los argentinos que más llamaron la atención en carrera. El primero por la gran decisión para introducir la trompa de su Brabham en cuanto espacio libre quedaba en los virajes; el segundo, por su definitiva adaptación a las máquinas de Fórmula 3" (Alfredo Basualdo -Desde los mixtos).



Resumen de la Temporada Internacional de F3 Argentina de 1967
22.01: G.P. de la Ciudad de Buenos Aires 
15° Carlos Marincovich; 18° Carlos Pairetti
29.01: G.P. de la Ciudad de Mar del Plata 
18° Carlos Pairetti, corrió con el auto de Marincovich.
En esta competencia perdió la vida el piloto bahiense Carlos Martín (Lotus)
02.02: G.P. de la Ciudad de Córdoba 
10° Carlos Pairetti; Carlos Marincovich abandonó (temperatura de agua)
12.02: G.P. del Automóvil Club Argentino 
11° Carlos Marincovich y 14° Carlos Pairetti.
Ganador de las cuatro carreras: 
Jean-Pierre Beltoise (Francia) (Matra MS5-Ford) 
Circuitos utilizados
Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires, del Golf Club de Mar del Plata y de la Escuela de Aviación de Córdoba.

Fuente consultada: revistas Automundo

miércoles, 19 de febrero de 2020

TC en Viedma: intimidades del Box N° 25

Llegó el día tan esperado: viernes 14 de febrero. Comienza un nuevo torneo de Turismo Carretera. Norberto Fontana inicia su 18ª  temporada  en la categoría. El circuito “Ciudad de Viedma”, marcará la carrera número 261 del arrecifeño en la especialidad. A pesar de su extensa trayectoria en el automovilismo, no es una carrera más para el exF1. Afronta este nuevo desafío con auto y equipo propio. Todo forjado en pocos días y en su propio terruño. El desafío es mayor… El primer entrenamiento deja conforme al conjunto: piloto-equipo: 10°, a 6/10 del más rápido. Sin embargo, en el segundo algo no sale como estaba previsto. Se nota en el diálogo entre el piloto y Guillermo Cruzzetti, responsable del equipo Multibandas: “Este auto no es el mismo de Olavarría. Hace algo raro, cambia  bruscamente de comportamiento. Cuando frenás en la uno, amaga que se va la trompa y de pronto se agarra y va de cola. Es raro”
El equipo revisa la puesta a punto y comienza a modificar registros. Le dan un grado de avance al tren delantero, modifican levemente la carga del trasero y a esperar la primera clasificación del fin de semana. Puesto 31, a poco más de un segundo. Norberto insiste con que el auto no se nota tan firme como en la prueba de Olavarría. El equipo se enfoca en una revisión general, y a última hora del viernes, encuentran roto el seguro de una rótula de la suspensión delantera. Se repara y se espera un gran sábado.
Sobre el mediodía del sábado, la Chevy N° 25 sale nuevamente a pista: 
parcial 1, muy bueno, parcial 2 y 3, malos. Para en boxes y Norberto comenta: “Sigue el problema. Algo tiene mal y no es de puesta a punto”
Tocan algunas cosas, modifican barra y algún otro parámetro... Otra vez a pista. Esta secuencia se repite dos veces más, hasta que termina el entrenamiento.
Mientras viene en la vuelta de cierre, en el equipo comentan: “Auto nuevo, aun no le tenemos la mano del todo y Norberto está muy ansioso. Quizás eso lo lleva a cometer pequeños errores y no cerrar una vuelta bien.”
Norberto entra a boxes, se baja del auto y dice:
“Sigue el problema. Algo tiene el auto y no es de puesta a punto. Yo escucho un ruido raro atrás. No sé, es raro. Este auto es muy diferente al de Olavarría.”
Se sientan frente a las cámaras y ahí comienza a explicar lo que hace el auto y a justificar cada movimiento de sus manos en el volante.
Esa explicación es acompañada de gestos con la palma de la mano hacia abajo (simulando ser el auto) y sonidos como: “vengo en sexta, freno, bajo cambios pam, pam, llamo con el volante clava la trompa y hace pich , pich y saca la cola.”
Lo raro y curioso para el que está de afuera es que Guillermo (Cruzzetti) muy serio le dice: “Y cuando te hace pich, pich, vuelve a sacar la trompa o sigue de cola?”
“Sigue de cola” responde Norberto muy seriamente.
Parece humor de niños y, sin embargo, es trabajo serio de dos exponentes de primer nivel del automovilismo nacional. Termina la tarea de revisión de cámaras y, antes de clasificar, un mecánico encuentra que un tensor de la suspensión trasera estaba flojo. Lo ajustan, pero no hay tiempo para alinear. “Ahí recuerdo que el piloto había escuchado un ruido atrás y me pregunto en silencio ¿Cómo puede distinguir un ruido de suspensión en el tremendo barullo que hace un auto de carrera? Evidentemente, el piloto es poseedor de una sensibilidad especial. No es cualquiera”, comenta uno de los integrantes del equipo.
Llega su turno: sale a pista, clasifica en el puesto 35. Ni cerca de cubrir las expectativas con las que llegaron a Viedma. Reunión entre piloto e ingeniero: acuerdan que, para la serie del domingo, volverán a la puesta a punto inicial del viernes. En realidad, el mismo domingo comenzaba el trabajo sobre el auto. Todo lo anterior, había estado viciado por los problemas de origen mecánico.
Domingo, 9 horasNorberto explica: “Vas a ver, en la serie no. Porque es muy corta, pero en la final, con el auto como está ahora, nos venimos para adelante”
Larga la serie en posición 12, termina en el puesto 11. Avanzó un solo lugar. Llega al box y dice: “Ahora sí, ahora es el auto que probé en Olavarría. Voy a hablar con Guille para hacer dos pequeños cambios y en la final nos venimos con todo para adelante” Se lo nota entusiasmado y seguro!!! Se reúnen, hablan y deciden medio grado menos de avance adelante y una leve modificación en el alerón trasero, levantando el labio superior algo así como un milímetro.
Larga la carrera en el puesto 31. Primera vuelta pasa 28, segunda 26. Tumultos más adelante, frena, esquiva, lo tocan de atrás en uno de esos entreveros, y sigue. P24, P22, Spataro adelante, lo lleva a la rastra 2 vueltas, Guillermo dice: “Spataro lo está tapando”, sin embargo, logra superarlo, P21, P19. Norberto sigue avanzando. En el box N° 25, miran el monitor con los tiempos, se comen las uñas y aumenta la tensión: Que no se caiga nada!!! Que no lo toquen!!!
Final de la carrera: puesto 12 (después, por exclusión del primero quedará 11°).
La Chevy N° 25 se detiene en boxes y se baja un Norberto Fontana exultante, el Campeón de mil batallas está sonriente, feliz. Sabe que encontró el equipo, sabe que va a tener herramienta para pelear. Eso es lo que necesita un competidor nato.
Guillermo sonríe, Alejandro, de Multibandas, aprieta el puño y se lo ve feliz, ahora comprueba que apostó bien, los mecánicos: Diego, Isidro, Benja, Fabi y Tuki están extenuados de tanto trabajo pero felices por ser parte importante de la historia que empieza escribirse, los amigos están emocionados al borde de las lágrimas.
El  talento está intacto. El Campeón está volviendo!!!
Ahora hay que seguir trabajando abajo del auto, andar bien cuesta esfuerzo, tiempo, talento y… plata. Hay que seguir convenciendo empresas para que se sumen al proyecto.
“Vamos que venimos”, como dice el piloto.



Fotos: jgc y actc




domingo, 9 de febrero de 2020

En Arrecifes, se respira automovilismo...

Tarde de un sábado de febrero.  El termómetro nos hizo un guiño, con un par de grados menos, para reponernos de una semana de agobiante calor. 
En el Kartódromo del “Costanero”, del Arrecifes Automóvil Club, hay actividad constante: Norberto Fontana y Nicolás Trosset ponen a punto sus físicos con miras al inicio, la próxima semana, del Turismo Carretera. 
 Sobrino y tío en pista. En boxes, Mateo, el hijo de Norberto, con su bicicleta atrae la atención de quienes presenciamos sus idas y vueltas a fondo...De repente, se detiene; desciende de su vehículo a pedales, y  simula un par de reparaciones y calibrado de gomas… Hay futuro.
Un poco más allá, los Porta. Hijos y nietos del Inglés, toda una vida entre los fierros con su hermano mellizo (el Flaco), disfrutan en familia, entre mate y mate, un sábado de pruebas. Abuelas, abuelos, tíos, acompañan a Martín (14) y Agustín (7), la nueva generación que asoma- por ahora- en el Kartíng. Uno es protagonista en el Karting Pako, el más chico debutó hace una semana en la categoría Escuela.
Una niña también se mide con los más chicos en la pista. Mientras, en boxes, Niki y Norberto consultan sus tiempos en la computadora que equipa sus kartings y un par de amigos, que los acompañan, ayudan en algunos ajustes.
“Las gomas no dan más, con gomas nuevas tenemos que girar en 42 y moneditas…”, explica el exF1. “Hice una vuelta de 44.8”, comenta Niki. Mateo aprovecha que su papá no está en pista y se calza el casco para realizar otras pasadas rasantes con su bicicleta…
Los Porta  giran en pista  y Norberto sube nuevamente a su Karting. Alcanza a Agustín, lo adelanta, y a baja velocidad, para su máquina, le indica los radios ideales de giro… Hay futuro.


Me imagino las sensaciones del pequeño. Nada menos que el hombre que participó en 4 Grandes Premios de F1 gira delante de  él y le trasmite sus experiencias… 





















       


                                                               Luego de una práctica en la ruta a Salto, la Berlina descansaba en los boxes del “Costanero”. Con Gustavo ensayamos una travesura para nuestros amigos de la categoría G.P.A.: Norberto en el Fiat, la excusa para el chiste. Claro que antes, Mateo también había demostrado su potencial al volante del 1500. Se entiende ahora, porque en Arrecifes se respira automovilismo… 


Fotos: facebook de Nicolás Trosset, Sergio Porta, Gustavo Casco y Noticias.

domingo, 12 de enero de 2020

Di Palma, Marincovich y el Berta LR

Se cumplen  50 años de la presentación del Berta LR, el auto emblemático de Oreste Berta. Dos arrecifeños fueron los encargados de conducirlo: Luis Di Palma y Carlos Marincovich.
Luis tenía 25 años, iniciaba su séptima temporada en el automovilismo: sumaba 8 triunfos (6 en TC y 2 en Sport-Prototipo) y su participación en las 84 Horas de Nürburgring de 1969, con los Torinos.
A los 26 años, Carlos que había debutado en agosto de 1964, encaraba su sexta temporada completa en el automovilismo, seis victorias (3 en TC, 3 en Sport-Prototipo), el subcampeonato de SP en 1969 y las participaciones en las temporadas internacionales  argentinas de F3 (1967, con el Brabham BT18 del equipo Automundo) y F2 (1968, con el Tecno TF68 del equipo de Ron  Harris).
1000 Kilómetros de Buenos Aires
El sábado 10 de enero de 1970, el binomio arrecifeño clasificaba 3°, a 2s3 de Brian Redman-David Piper (Porsche 917) y a 5 décimas del Alfa Romeo 33, de Piers Courage-Andrea de Adamich, y superaba por 1 décima a Alex Roig-Jochen Rindt (Porsche 908).
“Hicimos mejor tiempo que Beltoise, que Rindt… todavía no lo creo”, comentaba Marincovich. Mientras que Brian Redman manifestaba: “los pilotos del Berta son muy buenos… muy buenos…”
El domingo 11, Di Palma cumplía la primera vuelta como escolta del Porsche 917, ante el delirio de las tribunas del autódromo de Buenos Aires.  Luego, el auto perdía rendimiento y se retiraba de la carrera en la vuelta 28.


200 Millas
Una semana más tarde, nuevamente el circuito número 15 del autódromo porteño (6.121,70 metros) era escenario de la segunda presentación de la categoría Sport-Prototipo. El sábado, en clasificación, Carlos Marincovich ubicó 2° al Berta LR, a 1s3 del Alfa Romeo 33 de Courage-de Adamich, superando a Masten Gregory (Porsche 908) por 7 centésimos (hubo que recurrir a las centésimas para definir la posición), cuarto quedó otro Alfa Romeo 33 (Galli-Stommelen), a 4 décimas del Berta y quinto el Matra 650 (Beltoise-Pescarolo), a 5/10.
El domingo, la carrera se dividía en dos series (26 vueltas cada una) y clasificación por sumas de tiempos. Luis Di Palma fue el encargado de largar y nuevamente mostró su talento para llevar rápido cualquier vehículo de carrera.
"Piqué en punta, después, en la recta que va desde la ese del Ciervo al curvón  me pasó el Porsche y los dos Alfa en la recta de atrás. Cuando llegamos a la horquilla de entrada a los mixtos, veníamos a 315 km/h por hora (no estaba la chicana previa a la curva de Ascari), e inmediatamente. Cuando terminaba la curva, se empezaba a frenar, porque había escasos 200 metros hasta la entrada de los mixtos. Yo venía chupado así que había agarrado un poquito más de velocidad y me venía aproximando a ellos; cuando cortan, se me viene la curva muy rápido encima, lo primero que hago es esquivarlos, por las dudas, y frenar. Con tanta suerte que el auto frenó y doblé; entré primero a los mixtos..." Luis con los brazos extendidos, los puños cerrados, los pulgares hacia arriba giraba el imaginario volante y evocaba  aquel  grato momento.    Finalizaría 3°, detrás de Piers Courage (Alfa Romeo) y de Masten Gregory (Porsche 908).  Delante de Nanni Galli (Alfa Romeo) y Jean P. Beltoise (Matra 650), que completaron las cinco primeras posiciones de la serie.

Menos afortunado fue el inicio para Carlos Marincovich en la segunda serie.  Se empastó una bujía y tuvo que entrar a boxes. Luego,  el  arrecifeño giraba muy rápido hasta que sufrió un despiste: “Cuando salgo para dar la vuelta previa se  empasta una bujía, el motor queda en siete cilindros y al largar quedo último.  Completo la vuelta y paro en boxes; cambian la bujía, salgo, y el auto andaba perfecto.  En boxes perdí una vuelta y media. En la carrera no tenía nada que hacer. Venía girando tranquilo y empiezan a ponerme un cartel con los tiempos de vuelta que hacía. Entonces veo que estaba cerca del tiempo que había hecho en clasificación. Entiendo que Berta me pedía que hiciera el record de vuelta para demostrar el potencial del auto. En la vuelta del accidente (11ª), doblo en el curvón y salgo a 200 vueltas más que en las anteriores. Entonces pienso: esta es mi vuelta. Cuando tomo la recta siguiente al curvón me pongo a mirar el cuentavueltas porque el motor giraba a 9700 rpm y cuando llega a 9800 rpm levanto la cabeza y ya iba con dos ruedas afuera, derecho, pero ya había salido del asfalto, entonces me sorprendo, desacelero -y el motor (Cosworth) que entregaba toda la potencia en un rango alto de rpm, desacelerabas y parecía que frenaras-  hace que el auto se ponga de costado. Pasé para el otro lado, hice un trompo, volví a cruzar, quise acelerar para salir de esa situación y estaba el motor parado, fue deslizándose hasta que paró a poca velocidad contra el guarda rail”, recuerda Carlos.

A pesar de no tener un final feliz, tanto Oreste Berta como su auto y sus pilotos demostraron -en esos dos fines de semanas- estar en buen nivel como para competir contra  la élite del automovilismo internacional.  

Fuentes consultadas:  www.porsche917.com.ar;  Automundo, libro “Por siempre Di Palma”
Fotos: la Nación, Oscar Jarillo.

domingo, 5 de enero de 2020

Arrecifes se escribe con "A" de automovilismo...

La relación de Arrecifes con el automovilismo comienza en la primera década del Siglo XX.  La Gazeta, del 18 de marzo de 1939,  comenta que Silvestre Ortensi  fue el mecánico que atendió el primer automóvil que llegó a Arrecifes. El diario apoya su informe citando artículos periodísticos de 1908. Según aquellos datos, un representante de la marca REO en Buenos Aires  en viaje a Pergamino  rompió una rueda en Todd y se dirigió al taller de Ortensi para su reparación.  El carpintero Graciano Laulhe le construyó una rueda nueva y, poco después,  el vecino Luis Marillet adquirió el automóvil.
El 5 de marzo de 1924, pasa por nuestra ciudad el Gran Premio que ganó Mariano de la Fuente. En noviembre de 1927, Cástulo Hortal, procedente de Salto, se radica definitivamente en Arrecifes. Años más tarde, doña Rosa Martínez, esposa de Cástulo, en una entrevista de la revista Automundo comentó: "Tengan por seguro que mi marido fue el primer revoltoso; más tarde lo siguieron Pedro Lanatta y Julio Pérez, entre otros."  
El 22 de setiembre de 1929, Eleuterio Donzino (Stutz) ganó los 500 Kilómetros de Arrecifes, carrera que organizó la Delegación Local del Automóvil Club Argentino.

Este prólogo es para acompañar una serie de fotografías que confirman aquella frase de que: Arrecifes se escribe con "A" de automovilismo...

“Todo bicho que camina va a parar al asador”, según el Martín Fierro. En Arrecifes, cualquier aparato de dos o cuatro ruedas sirve para correr…
Y si no pregúntenle a Carlos Pairetti y otros entusiastas como él que transformaron a las “chatitas” Ford T en vehículos carrera, para prenderse en improvisados circuitos como los de la Vuelta del Perro o del Retiro San Pablo. Aquí,  Pairetti acompañado por  Jorge Aguirre y rodeado por un grupo de amigos (mediados de los años 50) 
Froilán González y la Maserati que probaba sobre la avenida Dardo Rocha, actual Dr. Carlos Merlassino (1949)
El automovilismo es una actividad enriquecida por las anécdotas y José Pozzi también fue protagonista de una serie de ellas. Una de las más recordadas ocurrió en la Vuelta de San Antonio de Areco de 1964. “Atalaya”, seudónimo que utilizaba el piloto de Arrecifes a partir de ese año, corría en el 12º lugar cuando protagonizó una espectacular salida del camino, afortunadamente sin otra consecuencia que el abandono de la carrera con su auto maltrecho. Según recordaba el propio José, protagonizaron con su acompañante “Rulo” Ángel el siguiente diálogo previo al incidente:
-¡Curva José! -fue el apremiante anuncio de Ángel.
-¡Tarde Rulo! -respondió José, mientras intentaba evitar el inminente despiste y aterrizaje en un campo aledaño a la ruta.
Realidad o fantasía, lo cierto es que la anécdota corrió como reguero de pólvora entre los fanáticos de aquél TC de los ’60.

José Pozzi y  Rulo Ángel

Fotos: Omar Pozzi y Museo y Archivo Histórico de Arrecifes

domingo, 22 de diciembre de 2019

TC en estado puro

IV Vuelta de Arrecifes, 1962
El Chevrolet de Jorge Aguirre en la "Clida", típica curva lenta, casi un retome. El piloto observa el accionar de su acompañante, Ovidio Tintorelli, presto a recibir una lata de aceite de manos de Horacio Bintureira. Completan la escena: el policía, un auxilio de otro protagonista y –casi tapado por el auto- un fotógrafo que tal vez captó otra imagen, pero no desatendió el paso del N° 53. También acompaña la imagen parte del edificio de la fábrica (hoy la Gauchita) que le daba el nombre a la curva.


Otra foto de Arrecifes, 1962: Preciso instante en el que se pone en marcha "El Troyano", seudónimo bajo el que se escudaba Fernando Risso, con el Ford alquilado a Juan Carlos Garavaglia. El periodista Carlos del Valle, pergaminense como Tintorelli, fue el acompañante de Risso,  En la cuarta vuelta, la caja los dejó fuera de carrera.


 

1958: debajo de una frondosa arboleda, rodeado por un grupo de amigos, Néstor Marincovich aguarda el inicio de la Vuelta de Hughes (de izquierda a derecha) Carlos y Néstor Marincovich, Carlos Pairetti, Héctor Aurtenechea, Pablo de Zavaleta, Ernesto Gámbaro, Roberto Aguirre y Roma. Carrera que significaría el debut de Aguirre como acompañante. La experiencia duró poco: "Habíamos clasificado 8°, pero en carrera creo que no llegamos a hacer ni 1000 metros, se cortó una biela"recordaba el Ñato.


Como “Todo tiene que ver con todo”, frase que acuñara el periodista Pancho Ibañez en "El Deporte y el Hombre”, es interesante rescatar de estos documentos fotográficos la trayectoria que marcaron algunos de estos protagonistas a sus descendientes o amigos: Jorge Aguirre es el papá de Gastón y abuelo de Valentín. Ante la muerte de Néstor Marincovich, Carlos Pairetti fue su sucesor en el veloz Chevrolet que preparaba Bernardo Pérez. Carlos, sobrino de Néstor, también fue un destacado piloto del automovilismo argentino. El Ñato Aguirre años más tarde acompañó a Pairetti y luego a Luis Di Palma. “TC EN ESTADO PURO”

Fotos gentileza de Carlos Marincovich y Museo y Archivo Histórico de Arrecifes 

domingo, 8 de diciembre de 2019

Estampas perennes

Las fotografías tienen la magia de transformar una imagen fugaz en perenne. Las instantáneas que acompañan esta nota así lo reflejan.
La tapa de El Gráfico muestra a Julio Pérez, sonriente, inmortal, junto a su auto en el Gran Premio Argentino de 1938. Hasta Santiago del Estero, final de la 3ª etapa, el arrecifeño encabezaba la clasificación general. Luego, diversos inconvenientes mecánicos lo retrasarían en el clasificador. Terminó 8°, precediendo a su coterráneo Cástulo Hortal. De las dificultades que tuvieron que superar los 123 protagonistas del Gran Premio habla la escasa  cantidad de arribos: 22


Otra fotografía de la misma carrera, perpetuó el  paternal gesto de Cástulo Hortal a su hijo Edison (18 años). "Mi pequeño Edison quiere conocer su patria y... por qué no complacerlo. Qué mejor ocasión que ésta para apreciar en pocos días la grandiosidad de esta patria suya  a la que yo tanto quiero", explicaba orgulloso el asturiano radicado en Arrecifes
Febrero de 1947, las deficiencias de esta fotografía no le quitan su valor histórico: simpatizantes de Edisón Hortal y Froilán González portan un cartel con la leyenda: “Arrecifes Cuna de Campeones”, que llevaron al circuito de Retiro. 
Es justo destacar que habría un antecedente sobre la misma o parecida frase a cargo de Horacio Bancalari en una nota que escribió en el periódico “Arrecifes”, a fines de los años 30. Cuando Lo Valvo, Pérez y Hortal cumplieron destacada labor en los grandes premios de aquellos años.

14 de diciembre, dos fotografías de Alberto Palazzo (El Gráfico) en la primera, el abrazo de Julio y Bernardo Pérez, en la segunda, el último saludo del malogrado piloto arrecifeño antes de largar la 1000 Millas de 1940. 

Fotos: historiatc.com.ar y Museo y Archivo Histórico de Arrecifes.