domingo, 8 de diciembre de 2019

Estampas perennes

Las fotografías tienen la magia de transformar una imagen fugaz en perenne. Las instantáneas que acompañan esta nota así lo reflejan.
La tapa de El Gráfico muestra a Julio Pérez, sonriente, inmortal, junto a su auto en el Gran Premio Argentino de 1938. Hasta Santiago del Estero, final de la 3ª etapa, el arrecifeño encabezaba la clasificación general. Luego, diversos inconvenientes mecánicos lo retrasarían en el clasificador. Terminó 8°, precediendo a su coterráneo Cástulo Hortal. De las dificultades que tuvieron que superar los 123 protagonistas del Gran Premio habla la escasa  cantidad de arribos: 22


Otra fotografía de la misma carrera, perpetuó el  paternal gesto de Cástulo Hortal a su hijo Edison (18 años). "Mi pequeño Edison quiere conocer su patria y... por qué no complacerlo. Qué mejor ocasión que ésta para apreciar en pocos días la grandiosidad de esta patria suya  a la que yo tanto quiero", explicaba orgulloso el asturiano radicado en Arrecifes
Febrero de 1947, las deficiencias de esta fotografía no le quitan su valor histórico: simpatizantes de Edisón Hortal y Froilán González portan un cartel con la leyenda: “Arrecifes Cuna de Campeones”, que llevaron al circuito de Retiro. 
Es justo destacar que habría un antecedente sobre la misma o parecida frase a cargo de Horacio Bancalari en una nota que escribió en el periódico “Arrecifes”, a fines de los años 30. Cuando Lo Valvo, Pérez y Hortal cumplieron destacada labor en los grandes premios de aquellos años.

14 de diciembre, dos fotografías de Alberto Palazzo (El Gráfico) en la primera, el abrazo de Julio y Bernardo Pérez, en la segunda, el último saludo del malogrado piloto arrecifeño antes de largar la 1000 Millas de 1940. 

Fotos: historiatc.com.ar y Museo y Archivo Histórico de Arrecifes.


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