domingo, 12 de enero de 2020

Di Palma, Marincovich y el Berta LR

Se cumplen  50 años de la presentación del Berta LR, el auto emblemático de Oreste Berta. Dos arrecifeños fueron los encargados de conducirlo: Luis Di Palma y Carlos Marincovich.
Luis tenía 25 años, iniciaba su séptima temporada en el automovilismo: sumaba 8 triunfos (6 en TC y 2 en Sport-Prototipo) y su participación en las 84 Horas de Nürburgring de 1969, con los Torinos.
A los 26 años, Carlos que había debutado en agosto de 1964, encaraba su sexta temporada completa en el automovilismo, seis victorias (3 en TC, 3 en Sport-Prototipo), el subcampeonato de SP en 1969 y las participaciones en las temporadas internacionales  argentinas de F3 (1967, con el Brabham BT18 del equipo Automundo) y F2 (1968, con el Tecno TF68 del equipo de Ron  Harris).
1000 Kilómetros de Buenos Aires
El sábado 10 de enero de 1970, el binomio arrecifeño clasificaba 3°, a 2s3 de Brian Redman-David Piper (Porsche 917) y a 5 décimas del Alfa Romeo 33, de Piers Courage-Andrea de Adamich, y superaba por 1 décima a Alex Roig-Jochen Rindt (Porsche 908).
“Hicimos mejor tiempo que Beltoise, que Rindt… todavía no lo creo”, comentaba Marincovich. Mientras que Brian Redman manifestaba: “los pilotos del Berta son muy buenos… muy buenos…”
El domingo 11, Di Palma cumplía la primera vuelta como escolta del Porsche 917, ante el delirio de las tribunas del autódromo de Buenos Aires.  Luego, el auto perdía rendimiento y se retiraba de la carrera en la vuelta 28.


200 Millas
Una semana más tarde, nuevamente el circuito número 15 del autódromo porteño (6.121,70 metros) era escenario de la segunda presentación de la categoría Sport-Prototipo. El sábado, en clasificación, Carlos Marincovich ubicó 2° al Berta LR, a 1s3 del Alfa Romeo 33 de Courage-de Adamich, superando a Masten Gregory (Porsche 908) por 7 centésimos (hubo que recurrir a las centésimas para definir la posición), cuarto quedó otro Alfa Romeo 33 (Galli-Stommelen), a 4 décimas del Berta y quinto el Matra 650 (Beltoise-Pescarolo), a 5/10.
El domingo, la carrera se dividía en dos series (26 vueltas cada una) y clasificación por sumas de tiempos. Luis Di Palma fue el encargado de largar y nuevamente mostró su talento para llevar rápido cualquier vehículo de carrera.
"Piqué en punta, después, en la recta que va desde la ese del Ciervo al curvón  me pasó el Porsche y los dos Alfa en la recta de atrás. Cuando llegamos a la horquilla de entrada a los mixtos, veníamos a 315 km/h por hora (no estaba la chicana previa a la curva de Ascari), e inmediatamente. Cuando terminaba la curva, se empezaba a frenar, porque había escasos 200 metros hasta la entrada de los mixtos. Yo venía chupado así que había agarrado un poquito más de velocidad y me venía aproximando a ellos; cuando cortan, se me viene la curva muy rápido encima, lo primero que hago es esquivarlos, por las dudas, y frenar. Con tanta suerte que el auto frenó y doblé; entré primero a los mixtos..." Luis con los brazos extendidos, los puños cerrados, los pulgares hacia arriba giraba el imaginario volante y evocaba  aquel  grato momento.    Finalizaría 3°, detrás de Piers Courage (Alfa Romeo) y de Masten Gregory (Porsche 908).  Delante de Nanni Galli (Alfa Romeo) y Jean P. Beltoise (Matra 650), que completaron las cinco primeras posiciones de la serie.

Menos afortunado fue el inicio para Carlos Marincovich en la segunda serie.  Se empastó una bujía y tuvo que entrar a boxes. Luego,  el  arrecifeño giraba muy rápido hasta que sufrió un despiste: “Cuando salgo para dar la vuelta previa se  empasta una bujía, el motor queda en siete cilindros y al largar quedo último.  Completo la vuelta y paro en boxes; cambian la bujía, salgo, y el auto andaba perfecto.  En boxes perdí una vuelta y media. En la carrera no tenía nada que hacer. Venía girando tranquilo y empiezan a ponerme un cartel con los tiempos de vuelta que hacía. Entonces veo que estaba cerca del tiempo que había hecho en clasificación. Entiendo que Berta me pedía que hiciera el record de vuelta para demostrar el potencial del auto. En la vuelta del accidente (11ª), doblo en el curvón y salgo a 200 vueltas más que en las anteriores. Entonces pienso: esta es mi vuelta. Cuando tomo la recta siguiente al curvón me pongo a mirar el cuentavueltas porque el motor giraba a 9700 rpm y cuando llega a 9800 rpm levanto la cabeza y ya iba con dos ruedas afuera, derecho, pero ya había salido del asfalto, entonces me sorprendo, desacelero -y el motor (Cosworth) que entregaba toda la potencia en un rango alto de rpm, desacelerabas y parecía que frenaras-  hace que el auto se ponga de costado. Pasé para el otro lado, hice un trompo, volví a cruzar, quise acelerar para salir de esa situación y estaba el motor parado, fue deslizándose hasta que paró a poca velocidad contra el guarda rail”, recuerda Carlos.

A pesar de no tener un final feliz, tanto Oreste Berta como su auto y sus pilotos demostraron -en esos dos fines de semanas- estar en buen nivel como para competir contra  la élite del automovilismo internacional.  

Fuentes consultadas:  www.porsche917.com.ar;  Automundo, libro “Por siempre Di Palma”
Fotos: la Nación, Oscar Jarillo.

domingo, 5 de enero de 2020

Arrecifes se escribe con "A" de automovilismo...

La relación de Arrecifes con el automovilismo comienza en la primera década del Siglo XX.  La Gazeta, del 18 de marzo de 1939,  comenta que Silvestre Ortensi  fue el mecánico que atendió el primer automóvil que llegó a Arrecifes. El diario apoya su informe citando artículos periodísticos de 1908. Según aquellos datos, un representante de la marca REO en Buenos Aires  en viaje a Pergamino  rompió una rueda en Todd y se dirigió al taller de Ortensi para su reparación.  El carpintero Graciano Laulhe le construyó una rueda nueva y, poco después,  el vecino Luis Marillet adquirió el automóvil.
El 5 de marzo de 1924, pasa por nuestra ciudad el Gran Premio que ganó Mariano de la Fuente. En noviembre de 1927, Cástulo Hortal, procedente de Salto, se radica definitivamente en Arrecifes. Años más tarde, doña Rosa Martínez, esposa de Cástulo, en una entrevista de la revista Automundo comentó: "Tengan por seguro que mi marido fue el primer revoltoso; más tarde lo siguieron Pedro Lanatta y Julio Pérez, entre otros."  
El 22 de setiembre de 1929, Eleuterio Donzino (Stutz) ganó los 500 Kilómetros de Arrecifes, carrera que organizó la Delegación Local del Automóvil Club Argentino.

Este prólogo es para acompañar una serie de fotografías que confirman aquella frase de que: Arrecifes se escribe con "A" de automovilismo...

“Todo bicho que camina va a parar al asador”, según el Martín Fierro. En Arrecifes, cualquier aparato de dos o cuatro ruedas sirve para correr…
Y si no pregúntenle a Carlos Pairetti y otros entusiastas como él que transformaron a las “chatitas” Ford T en vehículos carrera, para prenderse en improvisados circuitos como los de la Vuelta del Perro o del Retiro San Pablo. Aquí,  Pairetti acompañado por  Jorge Aguirre y rodeado por un grupo de amigos (mediados de los años 50) 
Froilán González y la Maserati que probaba sobre la avenida Dardo Rocha, actual Dr. Carlos Merlassino (1949)
El automovilismo es una actividad enriquecida por las anécdotas y José Pozzi también fue protagonista de una serie de ellas. Una de las más recordadas ocurrió en la Vuelta de San Antonio de Areco de 1964. “Atalaya”, seudónimo que utilizaba el piloto de Arrecifes a partir de ese año, corría en el 12º lugar cuando protagonizó una espectacular salida del camino, afortunadamente sin otra consecuencia que el abandono de la carrera con su auto maltrecho. Según recordaba el propio José, protagonizaron con su acompañante “Rulo” Ángel el siguiente diálogo previo al incidente:
-¡Curva José! -fue el apremiante anuncio de Ángel.
-¡Tarde Rulo! -respondió José, mientras intentaba evitar el inminente despiste y aterrizaje en un campo aledaño a la ruta.
Realidad o fantasía, lo cierto es que la anécdota corrió como reguero de pólvora entre los fanáticos de aquél TC de los ’60.

José Pozzi y  Rulo Ángel

Fotos: Omar Pozzi y Museo y Archivo Histórico de Arrecifes