martes, 21 de noviembre de 2017

El temblor de Octavio Suárez

 (Foto: Suárez, en Arrecifes 1973)

Deautosmotivo es un blog que recrea la historia automovilística de Arrecifes. Sin embargo, en esta oportunidad vamos a dar paso a Miguel Ángel Garín que nos acercó una nota sobre el vuelco que protagonizaron los "Hermanos Suárez" en la Vuelta de Chivilcoy de 1972 y que despertó en él un recuerdo imborrable. 

Lo curioso es que 45 años más tarde nos enteramos que habíamos coincidido con Garín en el mismo lugar. Ya que junto con Oscar Giacone nos habíamos instalado sobre el techo de la estación de servicios, para cubrir la información de la carrera para "Motores en Marcha" (LT 24, Radio San Nicolás) que dirigían los recordados periodistas Arnaldo Torresi y José María Bertosi. Desde allí vivimos la misma escena que recuerda nuestro amigo y que a continuación transcribimos.

Un recuerdo de algunos años.....
EL TEMBLOR DE OCTAVIO SUAREZ
Por Miguel Garin
El domingo 12 de noviembre de 1972 junto a mi amigo Juan Manuel Paramio asistí a la tercera Vuelta de Chivilcoy de Turismo Carretera.
Vimos aquella carrera en la intersección de la ruta provincial 51 con el acceso a la ciudad de 25 de Mayo y elegimos ese lugar porque queríamos ver a los pilotos participantes, que venían desde Chivilcoy, frenar, rebajar, doblar a la derecha y acelerar.
Desconocíamos entonces que estábamos en los finales de un formato de carreras que pertenecía al pasado, en este caso con el empleo de un circuito de casi 130 kilómetros de radio, que se debería recorrer en cuatro vueltas, pasando por nuestra ciudad de 25 de Mayo, por Bragado, Alberti y llegada al punto de partida.ubicado en el cruce de la ruta nacional 5 con la 51.
No recuerdo bien el desarrollo de la carrera, porque esta prueba me quedó grabada por otro motivo, como ya lo veremos a lo largo de la nota, no obstante y dentro de lo que podía producir en esa época el Turismo Carretera la competencia fue entretenida con diversos pilotos disputándose la punta.
Cuando al siglo XX aún le quedaban 28 largos años de existencia, y cuando ya llevamos transcurridos 17 del siglo XXI, todavía me asombra que aquel gran circuito se lo recorriera en 35 minutos….
En la última vuelta de la carrera el primero era Eduardo Giordano, que finalmente fue el vencedor y segundo estaban los Hnos. Suárez a no mucha distancia.
En ese orden llegaron al punto en el que estábamos presenciando la prueba. Pasó Giordano y enseguida llegó Suárez; frenó y rebajó y ya en la curva derrapó, el coche se trabó y volcó hacia el lado externo donde había un playón de una estación de servicio causando desbande en un grupo de espectadores, afortunadamente no muy numeroso, ninguno de los cuales quedó lastimado.
El vuelco, pese a su aparatosidad, no fue un accidente grave.- La curva era lenta, y el coche luego del tumbo quedo apoyado en sus cuatro ruedas.- Inmediatamente tanto el piloto, Octavio Suárez como el acompañante, su hermano Pedro, se bajaron del coche sin la ayuda de nadie.- Ambos resultaron ilesos.
 Eduardo Giordano, ganador en Chivilcoy


 Rody Marincovich y Malnatti

Unos minutos después cuando se dio por finalizada la carrera, cruzamos la ruta 51 y fuimos al lugar donde permanecía el auto.
Allí vi algo que me extrañó sobremanera.
Octavio padecía una crisis nerviosa.- El temblor le recorría todo el cuerpo desde la frente hasta los pies.- También tenía episodios de llanto.- Nunca vi nada igual. 
Solo la voz calma la voz serena de su hermano Pedro hacía el efecto de atemperarle el ánimo.
Ver a ese hombre tan grande físicamente, que era capaz de manejar con solvencia un auto de carrera, que podía hacer promedios de 220 kilómetros por hora, temblar como un niño, me provocó una enorme ternura.
En primer lugar porque no tenía pudor en mostrar el drama que estaba sufriendo, siendo que a la mayoría de los seres humanos solemos tener recatos, vergüenzas, inhibiciones que nos impiden exhibir nuestras emociones públicamente.
Y en segundo término por la actitud de su hermano, cuatro años menor, por cómo lo contenía, “bueno Octavio –le decía mientras lo abrazaba- tranqulizate que estás conmigo”.-
Recuerdo que en ese momento pensé ¡qué buen hermano es!
Las preguntas que me hice durante muchos años fueron ¿por qué esa crisis? ¿Era posible que un hombre ya acostumbrado a los rigores de la velocidad, sufriera tal conmoción? 
Preguntas que no me pude responder y así al temblor de Octavio Suárez, con el tiempo, le descubrí otra dimensión.
Luego de este episodio, la vida, como siempre lo hace, siguió imperturbable su marcha por el infinito devenir del tiempo.- Y el Turismo Carretera también.
Asimismo a los hermanos Suárez, en lo automovilístico, aún les quedaban muchas cosas lindas que decir.
No puedo afirmar que a partir de aquel día me hice hincha porque no es verdad, pero sí que a partir de entonces tuve un interés especial en ellos, algo que me inducía a estar pendiente de sus desempeños o de conocer noticias suyas.
Unos días después se disputó el Gran Premio de la Montaña, una carrera en varias etapas, de montañas algunas, de llanuras las otras, por caminos de la provincia de Córdoba, en total 1.291 kilómetros.
Es lógico que no asistieran a esa prueba.- Seguramente se quedaron en el taller enderezando el Dodge Polara.-
Pero sí fueron a Zapala, el 17 de diciembre, a la última carrera del año, en la que tuvieron una buena actuación, fueron quintos en la serie y quintos en la final. Fue el día que se definió el campeonato a favor de Gradassi en su lucha con Estéfano.
1973 fue el mejor año
Comenzó su actuación con la primera carrera del año el 25 de febrero con la Vuelta de Chivilcoy en la que resultaron terceros.
Un mes después se corrió en 25 de Mayo, donde fueron novenos en la serie y sextos en la final.
El 29 de abril se disputó la Vuelta de Tandil, en el circuito Fortabat de Olavarria, con una sola carrera final a treinta vueltas.- Fueron quintos.-
Hasta que el 13 de mayo, con gran alegría, se les presentó la gloria en Salto, lugar en el que ganaron de forma irrefutable.
La jornada fue rica en variables, en circunstancias, y a partir de mitad de carrera las cosas se presentaron del siguiente modo: por el lado de Ford los hermanos Ricardo y Juan Carlos Iglesias marcharon uno detrás del otro para ir mas rápido.- Haciéndolo así podían doblegar al Dodge de Suárez que corría solo pero si alguno de ellos paraba o se retrasaba, el otro solo no podría mantenerse adelante y eso fue exactamente lo que sucedió.-
Dos semanas después repitieron el triunfo en Arrecifes, con enorme repercusión en la prensa, que comenzó a barajar su nombre como posibles campeones.
El primero de Julio se volvió a correr en Chivilcoy, esta vez fueron segundos.
En Laboulaye fueron décimos, pero con recargo de un minuto y luego de hacer el récord de vuelta.
En Pergamino volvieron al triunfo, en un día aciago por las muertes de César Malnatti y su acompañante Miguel Gorosito.-
El 13 de agosto se corrió la Vuelta de Olavarría, donde ganaron su serie y abandonaron en la final.
El 9 de septiembre en Mendoza y el 7 de octubre en Viedma abandonaron.-
El 11 de noviembre en 25 de Mayo fueron segundos en su serie (que ganó Héctor Moro) y terceros en la final y en el Gran Premio de la Montaña, última carrera del año, abandonaron.-
Terminaron terceros en el computo general del año, detrás de los Ford Falcon oficiales de Nasif Estéfano y Héctor Luis Gradassi, y delante de los también Falcon de Ricardo y Juan Carlos Iglesias.
En 1974 volvieron a ganar, otra vez en Salto, y luego se mantuvieron como protagonistas en todos los años sucesivos.
Poco a poco nos fuimos acostumbrando al rol de dirigente que asumió Octavio como presidente de la Asociación de Corredores de Turismo Carretera.
En el carácter de tal tuvo una fuerte ilusión que pudo llevar a cabo: la de conseguir que la entidad se constituyera en fiscalizadora de las carreras de TC, algo que hasta entonces estaba reservado solamente al Automóvil Club Argentino.
Tanto en lo deportivo como en lo dirigencial demostró carácter, temperamento, firmeza.-
El 2 de septiembre de 1984, luego de un largo período de sequía de triunfos, volvió a ganar, en la ciudad de La Banda, provincia de Santiago del Estero.- Ya no lo acompañaba Pedro, porque entre ambos se habían puesto de acuerdo en que lo mejor, por las dudas, era que uno de ellos permaneciera en tierra.
De esa forma llegó Suárez al 23 de septiembre de 1984, el último día de su vida, mientras disputaba la Vuelta de Benito Juárez, en el circuito de Tandil.
Tuvo una muerte horrorosa, porque el auto se salió del camino, dio varios tumbos y luego se prendió fuego; hubo entre los espectadores presentes quién dijo que tenía un brazo aprisionado, de ser así seguramente eso le impidió escapar……
Yo estaba escuchando la transmisión de la carrera por la radio y en ese momento viví una profunda consternación.
No sé lo que hice.- No sé si seguí escuchando la radio, si hablé con alguien, no sé, no lo recuerdo.
Lo que sí sé es que me llevé la palma de la mano a la frente y que sentí que la intriga que me había acompañado durante tanto tiempo, de golpe se había resuelto, porque entendí qué cosa era lo que le había sucedido a Octavio Justo Suárez en 25 de Mayo, once años atrás.
Entendí que aquella crisis nerviosa, que era angustia y no terror, que era zozobra, desconsuelo y no susto, fue un atisbo de su destino, una conexión a su propio futuro, como si hubiera tenido por los caminos inciertos que suelen llevar las premoniciones, una sospecha de lo que le esperaba.

Fotos: historiatc.com.ar


miércoles, 15 de noviembre de 2017

Diario intimo del N° 407 en el XV G.P.A.Histórico (Parte II)



Foto: Emilio Oppezzo

En carrera
Octubre 29, Largamos desde Bragado y alrededor de las 19:30, arribamos a Villa General Belgrano: Gral 23°, categoría 6°. Etapa tranquila, sin sobresaltos.


Foto: Oscar Borromelli



Octubre 30, 5:45, suena la alarma del celular y el binomio se pone en movimiento. A las 08:11: estamos  nuevamente en carrera. Primer PC, empiezan las dificultades: el pulsador del piloto no funciona. Ahora, ambos taqueos hay que hacerlos con el pulsador del navegante, prestando atención de no accionarlo 10 segundos antes de la referencia. Un cambio velocidad “por taqueo” mal hecho y dos secretos para el descarte. Vamos por la recuperación en los siguientes PC. Increíble, pasamos dos secretos muy retrasados por el tránsito. A no bajar la moral, nos alentamos mutuamente. 
Final de etapa en Tucumán y la espera ansiosa de los resultados: “ojalá no caigamos mucho en la clasificación”, comentamos. Clasificación: etapa: 41°, general: 33°, categoría: 6°. A remar!!!


Octubre 31, madrugón, para llegar sin sobresaltos al lugar de largada -encima el navegante, por error se levantó con una hora de anticipación a la prevista-. El tránsito en Tucumán es bastante complicado. Etapa tranquila y con buena performance:  14° (3° en la categoría),  y 27° en la clasificación general. Llegamos al día de descanso en Catamarca, por fin.
 Foto: Emilio Oppezzo

Noviembre 1, trabajo para los navegantes –en el caso del 407-: completar en la computadora las tres etapas que faltan, pasarlo al Champion, pintar la Hoja de Ruta. Gustavo se calza los guantes y amaga cambiar la bomba de nafta. En el mismo Hotel paran los Giuli y su amigo y mecánico Pocho García que salva al piloto, improvisado “mangiagrasa”.  También hay que comprar 15 kilos de alimentos no perecederos para entregar en los finales de etapas. Conclusión: 21:30, recién se terminan la tareas en el día de “descanso”. 
 también hubo tiempo para bromas

Noviembre 2,  dejamos atrás Catamarca con rumbo a San Juan. Día de navegación tranquila, con un problema en el pulsador (demasiada fuerza del navegante, quizás), Salvado por el préstamo de Sergio Serrichio. Clasificación etapa: 27° (categoría: 6°), general: 25° y 5°.

Noviembre 3,  penúltima etapa, hasta Villa General Belgrano. Cambió el clima. En la etapa anterior, Alejandro Frechou aconsejó al piloto del 407 que usara bermudas para correr más fresco. Gustavo tomó nota de la sugerencia del otro racinguista y utilizó pantalones cortos. Con toda coherencia, el piloto lucía sus bermudas y encendía la calefacción del “milqui”. Clasificación etapa: 25° (categoría: 4°), general: 23° (4°). 

Foto: Ana María Casco

Noviembre 4, parece mentira. Última etapa, último madrugón con proa a nuestro “pago”. Buena etapa con final feliz: además del recibimiento de familiares, amigos, autoridades, mecánicos: Etapa: 8° (categoría: 1°). Más tarde, en la ceremonia de premiación la satisfacción del podio (3° en la categoría D argentina). General: 23°. Terminó la aventura...

martes, 14 de noviembre de 2017

Diario íntimo del N° 407 en el XV G.P.A. Histórico (Parte I)


El Gran Premio Histórico para quien escribe estas líneas y para Gustavo Casco empezó con el inicio del campeonato GPA 2017. 
Nuestra intención de participar se fue agrandando en la misma proporción que se acercaba la fecha.  
Y llegó agosto: Pre-inscripción, primer paso hecho.  
A fin de mes, confirmamos la inscripción. Soñar no cuesta nada...

Soñar, empezó a costar un poco…
Llegó el momento de poner los tejos ($$$) para el pago de la inscripción.
Momento duro, si los hay, para los bolsillos. 


Octubre 3sorteo: la “Berlina” lucirá el número 407. Mientras tanto, Pedro Dobronich, Vilcha Bamonde, Beto Cabrera, jorge Valverde y Jorge Di Fiore se esmeraban por dejar  “el milqui” a punto de caramelo.

Octubre 25, Escudería Norte publica la hoja de ruta y empieza el trabajo de los navegantes: resaltar cambios de velocidades, adelantos, atrasos. Cargar las etapas en los equipos (Champion, Puma, Computadores, etc). En nuestro caso, las tres primeras etapas.

Octubre 27, ploteo con Sebastián Bóveda. “El milqui” y toda su “facha”. Carga de valijas, bolsos, equipos, alimentos no perecederos para entregar en la tres primeras etapas. A las 19:30, partimos hacia Buenos Aires. Luego de unos kilómetros de marcha, comprobamos que la bomba de nafta mecánica no funciona bien. Se salva la dificultad con la eléctrica. No obstante, el llamado a Vilcha para la consulta. Quedamos que luego de pasar por la rampa del ACA, viajábamos hasta Arrecifes para que lo revisara.

Octubre 28, a las 8:00, verificaciones técnica y administrativa, en Grecia y Jaramillo. Almuerzo frugal y entrega del auto al parque cerrado. 
Ansiosos por cumplimentar el trámite, siempre emotivo, de la largada simbólica y emprender el viaje hasta Arrecifes.  
Pasamos la rampa, acompañados por el saludo de familiares, amigos y entusiastas y partimos rumbo al “pago”. En plena ruta 8, cambia el sonido del “milqui”. Nos detenemos y observamos que se cortó la cola del escape. A las 20, arribamos al taller de Vilcha. Nos esperaba Beto. Recordé cuando en 1962, en el Gran Premio de Turismo mi viejo –acompañante de Bernardo García, en un DKW- avisó que luego de largar en Pilar, se detendrían en Arrecifes para reparar el embrague. Una multitud los esperó en el  taller. Todos pusieron manos a la obra y en tiempo récord el auto volvió a la carrera. 
Beto soldó el escape y trabajó en la bomba de nafta. A las 21, emprendimos camino rumbo a Chivilcoy, devorando unas empanadas que nos hicieron llegar al taller. Habíamos recuperado el apetito. Hotel, unas horitas de descanso y “arriba”, ahora rumbo a Bragado, punto de partida de la primera etapa.

Fotos:: R.O.G y J. G. C.