domingo, 22 de diciembre de 2019

TC en estado puro

IV Vuelta de Arrecifes, 1962
El Chevrolet de Jorge Aguirre en la "Clida", típica curva lenta, casi un retome. El piloto observa el accionar de su acompañante, Ovidio Tintorelli, presto a recibir una lata de aceite de manos de Horacio Bintureira. Completan la escena: el policía, un auxilio de otro protagonista y –casi tapado por el auto- un fotógrafo que tal vez captó otra imagen, pero no desatendió el paso del N° 53. También acompaña la imagen parte del edificio de la fábrica (hoy la Gauchita) que le daba el nombre a la curva.


Otra foto de Arrecifes, 1962: Preciso instante en el que se pone en marcha "El Troyano", seudónimo bajo el que se escudaba Fernando Risso, con el Ford alquilado a Juan Carlos Garavaglia. El periodista Carlos del Valle, pergaminense como Tintorelli, fue el acompañante de Risso,  En la cuarta vuelta, la caja los dejó fuera de carrera.


 

1958: debajo de una frondosa arboleda, rodeado por un grupo de amigos, Néstor Marincovich aguarda el inicio de la Vuelta de Hughes (de izquierda a derecha) Carlos y Néstor Marincovich, Carlos Pairetti, Héctor Aurtenechea, Pablo de Zavaleta, Ernesto Gámbaro, Roberto Aguirre y Roma. Carrera que significaría el debut de Aguirre como acompañante. La experiencia duró poco: "Habíamos clasificado 8°, pero en carrera creo que no llegamos a hacer ni 1000 metros, se cortó una biela"recordaba el Ñato.


Como “Todo tiene que ver con todo”, frase que acuñara el periodista Pancho Ibañez en "El Deporte y el Hombre”, es interesante rescatar de estos documentos fotográficos la trayectoria que marcaron algunos de estos protagonistas a sus descendientes o amigos: Jorge Aguirre es el papá de Gastón y abuelo de Valentín. Ante la muerte de Néstor Marincovich, Carlos Pairetti fue su sucesor en el veloz Chevrolet que preparaba Bernardo Pérez. Carlos, sobrino de Néstor, también fue un destacado piloto del automovilismo argentino. El Ñato Aguirre años más tarde acompañó a Pairetti y luego a Luis Di Palma. “TC EN ESTADO PURO”

Fotos gentileza de Carlos Marincovich y Museo y Archivo Histórico de Arrecifes 

domingo, 8 de diciembre de 2019

Estampas perennes

Las fotografías tienen la magia de transformar una imagen fugaz en perenne. Las instantáneas que acompañan esta nota así lo reflejan.
La tapa de El Gráfico muestra a Julio Pérez, sonriente, inmortal, junto a su auto en el Gran Premio Argentino de 1938. Hasta Santiago del Estero, final de la 3ª etapa, el arrecifeño encabezaba la clasificación general. Luego, diversos inconvenientes mecánicos lo retrasarían en el clasificador. Terminó 8°, precediendo a su coterráneo Cástulo Hortal. De las dificultades que tuvieron que superar los 123 protagonistas del Gran Premio habla la escasa  cantidad de arribos: 22


Otra fotografía de la misma carrera, perpetuó el  paternal gesto de Cástulo Hortal a su hijo Edison (18 años). "Mi pequeño Edison quiere conocer su patria y... por qué no complacerlo. Qué mejor ocasión que ésta para apreciar en pocos días la grandiosidad de esta patria suya  a la que yo tanto quiero", explicaba orgulloso el asturiano radicado en Arrecifes
Febrero de 1947, las deficiencias de esta fotografía no le quitan su valor histórico: simpatizantes de Edisón Hortal y Froilán González portan un cartel con la leyenda: “Arrecifes Cuna de Campeones”, que llevaron al circuito de Retiro. 
Es justo destacar que habría un antecedente sobre la misma o parecida frase a cargo de Horacio Bancalari en una nota que escribió en el periódico “Arrecifes”, a fines de los años 30. Cuando Lo Valvo, Pérez y Hortal cumplieron destacada labor en los grandes premios de aquellos años.

14 de diciembre, dos fotografías de Alberto Palazzo (El Gráfico) en la primera, el abrazo de Julio y Bernardo Pérez, en la segunda, el último saludo del malogrado piloto arrecifeño antes de largar la 1000 Millas de 1940. 

Fotos: historiatc.com.ar y Museo y Archivo Histórico de Arrecifes.


viernes, 1 de noviembre de 2019

Luis y la gente


 

El 31 de mayo de 1964, Luis Di Palma se consagraba ganador en Turismo Carretera. Varios fueron los matices de esa victoria. Un joven con cara de niño y flequillo rebelde irrumpía en la historia del automovilismo nacional. Con 19 años y siete meses se transformaba en el ganador más joven de la categoría. Y, como si fuera poco, su primer triunfo fue de local: VI Vuelta de Arrecifes.

El grupo de mecánicos que lo acompañaban eran amigos tan jóvenes como Luis. Condimentos que lo transformaron en ídolo. El Ñato (Domingo) Aguirre era la experiencia necesaria, como preparador y acompañante.  

Las fotos, encargadas de inmortalizar personas, lugares, escenas son fuentes irrefutables de lo apuntado. En la primera de ellas, en el taller de Villa Sanguinetti un grupo de amigos arrecifeños rodean a Di Palma delante del auto. Casi todos ellos han colaborado con el equipo y se sienten parte del éxito. Otros acompañaron con su presencia las vigilias previas a cada carrera.


En el mismo lugar: Luis y el Ñato hablan, el resto escucha o mira al fotógrafo.

Y ahora, en primer plano el número del triunfo: 34. No hubo pruebas de clasificación, el orden de largada lo determinó el ranking de la categoría. Amigos, taller, auto, piloto, acompañante: TC en estado puro.




Fotos gentileza de Marta La Greca de Marincovich

Foto 1 (de izquierda a derecha): Ramos, Oscar Marincovich, Fito Abalos, Pierini, Luis, "Baltita" Sánchez, Abalos (hijo), Valentín Agulla, Marti, Molinari.
Foto 2 (de izquierda a derecha): Gómez, atras: Oscar Marincovich, Pepe Marti, Fito Abalos, Pierini, Agulla (pañuello al cuello), Luis, el Ñato Aguirre, Ramos, Molinari.
Foto 3 (abajo, de izquierda a derecha): Agulla, Tronchoni, atras: Abalos hijo, Fito Abalos, Rodríguez, Pierini, Punti, Oscar Marincovich.

martes, 13 de agosto de 2019

"Sandokán" en Hughes


Néstor Marincovich "Sandokán",  en la Vuelta de Hughes de 1960
Era la quinta presentación del arrecifeño con la preparación de Bernardo Pérez.
Luego de casi cinco meses de inactividad, Marincovich estrenó en sus pagos la mecánica de su coterráneo. La rotura de dos neumáticos desmoronó un comienzo prometedor del nuevo conjunto. Abandonó en Rojas y ganó en 9 de Julio, confirmando que la performance inicial en Arrecifes, no había sido fruto de la casualidad.

Marincovich precede a Álzaga

Los números antes de Hughes
22.05.60: Arrecifes, 13°
26.06.60: Rojas, abandonó 
10.07.60: 9 de Julio, ganó
24.07.60: Sierras de Córdoba, abandonó

07.08.1960 - Vuelta de Hughes 604,5 Km.
Néstor Marincovich "Sandokán" - acompañante: Roberto Aguirre
Chevrolet - preparación: Bernardo Pérez.
Finalizó 4° (entre 71 participantes)
Ganó: Juan Gálvez (Ford) 3h.51m.50s a 156,444 Km/h.

Foto (historiatc.com.ar) 

lunes, 29 de julio de 2019

Marincovich, Estéfano y la nostalgia


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El domingo 28 de julio, en el Costanero de Arrecifes pareció que el tiempo se había detenido. O que había retrocedido a través del Tunel…. Una Chevy roja y  un Falcon azul y amarillo giraban en la pista. Remembranzas de un tiempo: ni mejor, ni peor. Otro tiempo. Otro automovilismo.
Un amigo subió dos fotos en facebook con el título: “Cuarenta y cinco años después se volvieron a encontrar”. Una en blanco y negro con Carlos Marincovich y Nasif Estéfano dando cátedra de manejo en el semipermanente de Pergamino. Y otra, en colores, con Marincovich como protagonista y la impronta de Nasif, a través de Rosendo Godoy Frier, en Arrecifes.
Los autos no son los originales, pero fueron construidos con la misma pasión y con el mismo cariño que aquellos. El Falcon de Nasif es un homenaje permanente para el Califa Chico que pasea por todo el país el pergaminense Godoy Frier. La Chevy es el reconocimiento de Carlos Martín Marincovich a la trayectoria deportiva de su padre. Son dos autos que representan a dos de las marcas tradicionales del TC, que despiertan emociones y fanatismos, entre sus simpatizantes. 
Carlos Marincovich, orgulloso con su nuevo chiche y con la emoción de manejar la obra de su hijo, miraba con nostalgia el Falcon de Rosendo
Tal vez, por un momento, creyó ver bajar a Nasif del Falcon y pensó que lo de la curva de Aimogasta había sido un mal sueño…


Fotos (en blanco y negro) de historiadeltc.com.ar y en colores, de Vitto Carri. 

miércoles, 1 de mayo de 2019

Pairetti aceleró de movida

Carlos Pairetti debutó en Turismo Carretera el 25 de marzo de 1962 en la I Vuelta de Pergamino. Carrera que consagró la primera victoria de los hermanos Saigós. La llovizna que mortificó el andar de los participantes en el comienzo, no fue impedimento para que Il matto se hiciera notar. Llegó a encabezar la clasificación por tiempo neto y luego se mantuvo en los puestos de vanguardia, hasta que un caño de aceite lo retrasó sobre el final. Arribó 10°. Posición nada despreciable para un debutante. Para obtener esa performance contó con un Chevrolet veloz. El auto que había pertenecido a  Néstor Marincovich y preparaba Bernardo Perez.
21 días más tarde, la segunda presentación de Pairetti fue en la XIII edición Mar y Sierras, también sobre caminos pavimentados. Igual que en Pergamino el promedio fue alto, superó los 190 km/h. Y  otra vez el nobel piloto se destacó. Arribó 7°, pese a que perdió tiempo en la detención para cargar nafta. El motor se paró y los colaboradores del arrecifeño tuvieron que empujar el Chevrolet varios metros hasta ponerlo nuevamente en marcha.
Hombres de la talla de Menditeguy, Meunier, Farabollini, Saigós, entre otros, jerarquizaron la actuación de Pairetti, quien en la butaca derecha contaba con la veteranía y sapiencia de Roberto Aguirre. El Ñato había sido acompañante de  Néstor Marincovich (Sandokán).
Luego de poco más de 813 kilómetros, Carlos Menditeguy superó a Meunier por 32s4/10, en tanto que Jorge Farabollini alcanzaba la tercera posición y Ernesto Petrini el cuarto puesto. Ajustadísima fue la definición del quinto lugar: Anibal Muñoz, Carmelo Galbato y Carlos Pairetti arribaron separados por 16s8/10, entre sí.  El arrecifeño demostró que no le temblaba el pie a la hora de acelerar. Y así sería durante toda su trayectoria, en cualquiera de las categorías en las que participó. Tanto en el orden nacional como internacional.

Datos estadísticos
15 de abril de 1962 - XIII Premio Mar y Sierras, 813,350 km-
1. Carlos Menditeguy (Ford) 4h14m49s4 a 191,551 km/h.
2. Ángel Meunier (Chevrolet) a 32s4
3. Jorge Farabollini (Ford) a 3m06s2
4. Ernesto Petrini (Ford) a 6m32s6
5. Anibal Muñoz (Ford) a 7m27s6
6. Carmelo Galbato (Ford) 7m33s8
7. Carlos Pairetti (Chevrolet) 7m44s4
8. Bautista Larriestra (Ford) a 9m51s2
9. Antonio Bertolotto (Ford) 10m10s6
10. Armando J. Ríos (Chevrolet) a 10m40s8
Completaron los 16 arribos
11. Santiago Luján Saigos (Ford); 12. Críspulo Villanueva (Ford); 13. Miguel A. Jantus (Ford); 14. Diógenes de Urquiza (Ford); 15. José Ingaramo (Ford);  16. Joaquín Daponte (Ford).
De los 36 participantes que iniciaron la prueba, 16 (44%) llegaron al final.


Fotos (historiadeltc.com.ar)

El 36 de Pairetti, el 8 de Menditeguy, el 11 de Meunier
el 6 de Farabollini y el 56 de Pairetti (debut en Pergamino).

martes, 5 de marzo de 2019

Cuando "El Gráfico" (Carozzo) voló con Luis Di Palma

Febrero de 1973, el periodista Roberto Carozzo, de El Gráfico, voló con Luis Di Palma durante parte del desarrollo de la IV Vuelta de Chivilcoy. Fecha que inauguraba la temporada de TC. Transcribimos el relato del periodista (en el número 2786 de la popular revista) sobre aquel vuelo:

“Luis Di Palma en los comandos, Carlos Pairetti como copiloto con la tabla de cronómetros en mano. Nuestro fotógrafo (Maffuche) y yo de pasajeros. en el Aeroclub de 25 de Mayo habían quedado Garcia Veiga y Carlos Pontacuarto (hombre de confianza de Di Palma Competición). Éramos invitados en el Beechcraft Bonanza de Luis, habíamos quedado en encontrarnos el domingo, antes de la carrera, para hacer una vuelta desde el aire y el hombre es de una sola palabra....
Decidimos enganchar la carrera barriendo desde el décimo lugar en la ruta, de ese modo fuimos encontrando a Adrian Villegas, un poco más adelante a Carlos Tartara y Emilio Parisi. Los tres ya habían sido superados por el Dodge de los "Hermanos Suarez", que se mostraba velocísimo ya por esos primeros tramos de carrera. Por el ritmo era un hecho que poco tardaría en alcanzar a los dos autos que se desplazaban inmediatamente adelante, los de Eduardo Giordano y Jorge Martinez Boero.
 "Más adelante, Rody Marincovich descontaba los 10 segundos de largada con respecto de su primo Carlos y lo pasaba. El oficio del "ruso" se hizo ver en la maniobra de enganche para la chupada, medición perfecta de tres dimensiones: tiempo, avance y desplazamiento lateral. Su trompa casi roza la cola del Chevy blanco, que comienza a alejarse pero no va más allá de los 15 metros.....Luis y Carlos afirman que a esa distancia ya la "chupada" es efectiva.
"Y el Chevy rojo de Carlos comienza a acercarse al de Rody.
El trencito de los primos tiene ahora más ritmo. Es impresionante el modo en que se acercan a otro equipo "ferroviario", el de los hermanos Iglesias. Los de Pergamino se recuestan sobre la derecha y los de Arrecifes pasan pitando y sin dar tiempo para el enganche.
Más allá, en la punta se desplazan "Pirin" Gradassi y Nasif Estefano, cambiando de posiciones, empujándose......A pesar de todo no es suficiente para conservar la punta por tiempo neto.
Rody es más rápido. Di Palma baja con el avión y Pairetti le hace señas de que va primero, un pulgar en alto y una sonrisa es la respuesta. Teniendo a la vista a los dos Ford oficiales, a poco menos de 3 kilómetros de diferencia, el primo menor debe imaginarse de que las cosas vienen bien. Detrás de ellos, en la curva de 90º anterior a la rotonda de 25 de Mayo, uno de los hermanos Iglesias casi llega a pegar con el guard-rail, se pone feo al pegar un salto en la banquina, lo pelea y lo devuelve al camino. Por Araujo un tren detiene su marcha y el maquinista ve pasar a los de Pergamino con Octavio Suarez pegado al "trencito". En la curva de Bragado el de Lanús ya está adelante. Volamos con él.
El viento está de tres cuartos de cola. El primer kilómetro lo pasa en 15 segundos, el siguiente en 14.8, el otro en 14.6.... Así hasta llegar a increíbles 14.4 que traducidos son 249.984 Km/h. Indudablemente, la mecánica de Zarzoso es la más fuerte de esta primera vuelta.
Rody cierra como puntero pero ha tirado junto con Carlos. Nasif está a décimas de segundo, pero ha viajado chupado desde el primer kilómetro con Pirín....... Octavio Suarez ha cubierto los primeros 128.727 kilómetros en absoluta soledad, tirando solo, pasando autos con tanta diferencia de velocidad que el enganche se hacía imposible y sólo un parpadeo lo separa del primer puesto.
Vamos en busca del Aeroclub de 25 de Mayo con dos dudas respecto a lo que está sucediendo allá abajo. En la frenada de Bragado, Nasif le sacó a Gradassi 150 metros largos...... Algo no anda del todo bien. Aterrizamos, mientras vamos hacia la rotonda de acceso, la carrera pasa nuevamente por 25 de Mayo, Luis vuelve a levantar vuelo, ahora la tripulación es toda de Arrecifes. Van en busca de los autos para cronometrarlos en la recta de Bragado a Chivilcoy. Nosotros esperamos desde abajo la tercera pasada.”

Estadística
IV Vuelta de Chivilcoy – 4 vueltas a un circuito carretero de 128,727 km = 514,908 km.
1. Héctor Luis Gradassi (Ford Falcon) 2h18m12s a 223,549 km/h; 2.Rodolfo Marincovich (Chevy coupé) a 38s3; 3. “Hnos Suárez” (Dodge Polara) a 2m15s2; 4. Juan Carlos Iglesias (Ford Falcon) a 6m23s4; 5. Críspulo Villanueva (Torino) a 13m52s. 6. Carlos Marincovich (Chevy coupé); 7. Humberto Dana (Ford Falcon); 8. Eduardo Sáen (Ford Falcon); 9. Raúl Libera (Dodge coupé); 10. Orestes Argaña (Torino). Con 3 vueltas: 11. Nasif Estéfano (Ford Falcon); 12. Juan C. Pavesi (Torino); 13. Carlos Vittor (Torino) y 14. Domingo Novisky (Torino). Récord de vuelta: Estéfano y Gradassi, en la 2a, 33m29s8 a 230,579 km/h. Largaron: 48 autos. Por Arrecifes: Rodolfo y Carlos Marincovich y Héctor Ríos (abandonó).

Fotografías y fuente consultada: www.historiadeltc.com.ar



jueves, 17 de enero de 2019

Una foto, una historia...


Dos autos casi a la par. La fotografía parece de una carrera en circuito

                 Sin embargo, la escena corresponde a una competencia  en ruta, la I Vuelta de Arrecifes. Dos Chevrolet en acción. El n° 10, de Marcos Ciani, representante de Venado Tuerto. A la izquierda el 6, de Néstor Marincovich, piloto local ese fin de semana.  

El venadense supera al de Arrecifes antes de enfrentar la curva a la izquierda. Curva de baja velocidad, lugar ideal para la ubicación de los auxilios. Amerita esta afirmación el aro que cae entre los dos autos. Cabe preguntarse si fue arrojado por Santiago Kovacevich, acompañante de Ciani. En el auto de Marincovich asoma el brazo derecho de Roberto Aguirre buscando el aro con la información correspondiente.  Entre la muchedumbre se ve un agente de policía, privilegiado espectador de la prueba.

Por otra parte, la foto nos permite observar los primeros esbozos aerodinámicos.  Eran tiempos en los que respetando las medidas del reglamento, se trabajaba con libertad de diseños. El auto de Marincovich tiene el techo aplanado, el de Ciani conserva las curvaturas originales. Las trompas se parecen y los guardabarros tienen diseños diferentes. Uno, con los faroles incorporados. En el otro están abajo, con un ligero paragolpes. Los dos autos acaparan la mirada del público, por lo tanto, se deduce que habría un intervalo hasta la llegada de otros protagonistas…

Luego de 559,750 kilómetros, Marcos Ciani finalizó 3° y Néstor Marincovich, 4° y primero en “no ganadores”. Fue el 31 de mayo de 1959.

viernes, 11 de enero de 2019

Los Gámbaro














Tito (Ernesto) y Vicente Gámbaro eran dos hermanos unidos por la misma pasión: el automovilismo deportivo
Trabajaron incansablemente desde el tractor, la motoniveladora, el regador o desde el lugar donde hiciera falta su colaboración.

Cuando el circuito era de tierra y el clima no acompañaba, eran los primeros en embarrarse,  para sacar el agua. Además, toda la sombra que hoy se disfruta en "el Costanero” fue producto del artesanal trabajo de Tito, que llevaba en su camioneta el agua en baldes  de 20 litros, para regar los árboles que consiguió Antonio Zavala (el Vasco de L.V.A).

Los Gámbaro no tenían pereza para viajar en camión, colectivo o cualquier medio de trasporte que los acercara a algún circuito, sin importar cuán distante estuviera de Arrecifes.
Tito era el de las frase ingeniosas: “me gusta la Limitada Santafesina porque ahí los autos vienen uno detrás de otro, como haciendo ñoquis” o aquella: “Parece la pata, que saca a pasear a los patitos”, refiriéndose a una carrera donde no existieron los sobrepasos y terminaron como largaron. También fue interlocutor válido de periodistas de la talla de Alberto Salotto, Miguel Ángel Merlo y Alfredo Parga.

Tito y Vicente Gámbaro dedicaron muchas horas de su vida al club de sus amores:  Ford T Club Arrecifes (1).
Por eso, en ellos, deautosmotivo quiere realizar un reconocimiento a todos los “Gámbaro” que en sus Clubes han sido, son y serán como ellos: cultores del bajo perfil y esforzados trabajadores.


(1) actual Arrecifes Automóvil Club





Foto: Vicente junto al Ford de Oscar Gálvez, 1961
Circuito "Costanero" 1 y 2
Tito (segundo de la izquierda) y el equipo de Carlos Marincovich, 1964

martes, 18 de diciembre de 2018

Agustín Canapino en números


(Foto: Patricio Pidal/AFP)  
Seguramente los números resultarán tediosos.  Pero, sirven para graficar lo que fue el año deportivo de Agustín Canapino y los equipos que integró en las tres categorías que los tuvieron como protagonista: Turismo Carretera, Súper TC 2000 y Top Race V6: SpeedAgro Racing, Equipo Chevrolet YPF y Sportteam.

Primero, resumimos: Campeón en TC, Subcampeón en Súper TC 2000 y Top Race V6. También recuperó para el automovilismo argentino el Olimpia de Oro. Para realzar este logro cabe mencionar que su antecesor fue Juan Manuel Fangio, en 1954.

Participaciones 2018

Pruebas de clasificación: 38 (TC: 13; STC2000: 14; TRV6: 11)
Series: 13 (TC)
Carreras clasificatorias: 7 (STC2000)
Finales: 44 (TC: 15; STC2000: 14; TRV6: 15)

Resultados

Pruebas de clasificación (25 veces entre los 5 primeros puestos)
1° puestos: 11 (STC 2000: 5; TRV6: 6)
2° puestos:   4 (STC 2000: 2; TRV6: 2)
3° puestos:   2   (TC: 2)
4° puestos:   5    (TC: 2, STC2000: 3)  
5° puestos:   3    (TC: 2, STC2000: 1)

Series  (9 veces entre los 5 primeros puestos)
1° puestos: 3
2° puestos: 3
3° puestos: 1
4° puestos: 1
5° puestos: 1

Carreras clasificatorias (4 veces entre los 5 primeros puestos)
1° puestos: 1
3° puestos: 3

Finales (23 podios)
1° puestos: 5  (TC: 1; STC2000: 2;  TRV6: 2)
2° puestos: 12  (TC: 2; STC2000: 5; TRV6: 5)
3° puestos:  6  (TC: 3; STC2000: 1; TRV6: 2)
4° puestos:  2   (TC: 1; STC2000: 1)
5° puestos:  2 (TC: 1; STC2000: 1)

En los 1000 Kilómetros de Turismo Carretera compartió la conducción con Federico Alonso y Martín Ponte.

sábado, 27 de octubre de 2018

Noticia: Rubén Luis Di Palma, para el automovilismo: Luis

Con la puntillosa letra de Luis Elizalde y la firma del Jefe del Registro Civil de Arrecifes, Doctor Arturo J. Sardi, puede leerse en el Acta número 309, folio 309, del 2 de noviembre de 1944, el nacimiento de Rubén Luis Di Palma, a las cuatro de la mañana del 27 de octubre de 1944 -viernes- en el Cuartel I de Arrecifes. Tonto sería presumir que esta noticia hubiese ocupado algún espacio en los diarios de la época. Más aún, cuando las afiebradas redacciones eran sacudidas por títulos como éstos:
"Ejércitos Aliados desembarcan en las Costas de Normandía". "Un terremoto sacude a San Juan. Hay millares de víctimas". "El General E. Farrell Asume la Presidencia de la Nación". "Argentina rompe relaciones con el Eje". "Corren rumores sobre la muerte de Hitler".
Años más tarde, El pibe Di Palma, El Beattle Di Palma, El Loco Di Palma, comenzó a ganarse, por derecho propio, su espacio en las crónicas deportivas automovilísticas que lo tenían como protagonista.
Sin embargo, fue la barriada de Villa Sanguinetti, ubicada sobre la Ruta Nacional número 8, a un kilómetro de Arrecifes, camino hacia Buenos Aires, quien conoció mucho antes las hazañas del intrépido niño. La familia Di Palma tenía su vivienda frente a la Escuela número 16. Allí, Luis demostraba poco apego por los libros y todo su entusiasmo por la mecánica y la velocidad. 


La señora Nidia Colombo de Ciminari, docente de la Escuela número 16, ofrece el siguiente testimonio: 
Él tenía a veces esos arranques que suelen tener los chicos (‘No quiero ir al colegio’) Su padre cruzó y me dijo: ‘Señora, allá está, empacado; no quiere venir. Está embromando con una bicicleta’. En el recreo lo fui a buscar. Estaba en la parte de atrás, en su casa, en un galponcito, pretendiendo desarmar la bicicleta. Me acerqué y le pregunté: ‘¿Qué estás haciendo, Luisito?’ ‘Estoy arreglando la bicicleta’, me respondió. ‘¿Qué le estás arreglando, si es nueva?’ ‘Le quiero sacar el guardabarros’.’Pero, ¿para qué se lo vas a sacar, si está bien?’ ‘Es que yo quiero hacerle otro guardabarros’. Esto demuestra que en él había ya un deseo de innovar o de pensar qué podía hacerle a ese vehículo, que seguramente tenía suma importancia para él.”
La señora de Ciminari sigue hurgando en sus recuerdos:
“Dado que eran tantos alumnos a mi cargo, se hacía un solo recreo de media hora. Allí jugaban al fútbol. Ese día lo convencí de que viniera porque, caso contrario, su equipo al tener un jugador menos, iba a perder; me respondió: ‘Bueno, voy ¡pero no a trabajar!’ 
Sin embargo, vino con su cartera. Estuvo un rato de brazos cruzados y, cuando comprobó que se aburría, comenzó a trabajar como si nada hubiera pasado”.

Luis, en ácida autocrítica, confiesa: "Yo era malo para el fútbol". 
Tal vez por eso, aún hoy, muchos arrecifeños recuerdan que los domingos, cuando se jugaba al fútbol en el Estadio Municipal, Luis, un niño todavía, realizaba toda clase de acrobacias con su bicicleta frente a las tribunas. Se paraba sobre el asiento, rodaba con la rueda delantera levantada, pedaleaba sin apoyar las manos en el volante…
La refacción y ampliación de aquella precaria Escuela número 16, de Villa Sanguinetti, motivó el traslado de sus alumnos a la Escuela número 5 -ubicada en Barrio Palermo-, también sobre la Ruta Nacional número 8. A esta escuela concurrían los mellizos Jorge y Raúl Porta. Allí nacería una amistad que se prolongaría en el tiempo y les permitiría escribir varios capítulos de la historia automovilística de nuestro país.
Jorge Porta, el Inglés, deja por un instante el carburador en el cual está trabajando y, no sin un dejo de nostalgia, recuerda: "Luis tenía una bicicleta inglesa, con gomas anchas y un carrito Monterrey, que su padre le había comprado para que fuera a buscar el pan para la Parrilla. Por eso, diez minutos antes de la hora de salida del colegio, le permitían retirarse. Mientras tanto, nosotros formábamos fila en el patio, Luis pasaba de vuelta en su bicicleta y, pese a llevar el carrito detrás, nos ofrecía algunas demostraciones acrobáticas que, por supuesto, eran festejadas por todos nosotros. Tiempo después, el padre compró una moto Gilera 300. Como te imaginarás, Luis concurría a la escuela con la moto y el carrito detrás. Ahora sus pasadas, cerca del mediodía, eran más espectaculares aún".
Luis Di Palma, para el Registro Civil Rubén Luis, recordaba su tránsito por las aulas: "Yo pasé de grados por la habilidad que tenía para el trabajo manual. Me la pasaba reparando bancos, armarios y otras cosas". Repárese en esta sentencia de Luis. En su vida, prevaleció el trabajo artesanal por encima de la equilibrada balanza del Debe y del Haber. (del libro:"Por siempre Di Palma", de Raúl Gattelet y Oscar Giacone)

Fotos: pilotoslasparejas y Chelo Tártara




sábado, 13 de octubre de 2018

Motores y nostalgias en el Gutiérrez

Fue una noche cargada de recuerdos y emociones. Idea de Carlitos Rillo: el reencuentro del equipo de los hermanos Stachiola. Con menos cabello, más años. Y ausencias físicas, pero que estaban más presentes que nunca.  El grupo de amigos que armó el auto con el que el jovencito Rubén Bulla descolló en los circuitos de la Fuerza Limitada sobre fines de los  ´60 y parte de los ´70.
Parecía una sucursal del zoológico, recordó alguien: el Loro, la Foca, el Perro, el Gallo, el Gato, entre otros apodos. Juventud y muchas ganas de trabajar. Había que ganarle al imbatible (Alfredo) Coronel, amo y señor de la categoría. No se hablaba de reglamentos. Se los aceptaba y se trabaja en consecuencia. Sobre la base de un motor Ford T nació la idea de ponerle cinco bancadas y válvulas a la cabeza. Muchas horas de torno, soldaduras, pruebas, contrapruebas, roturas, dolores de cabeza. Y, volver a empezar…
Alrededor de la mesa  del Ricardo Gutiérrez volvieron a sonar los apellidos que le dieron lustre a la Limitada del 27: Sotro, Coronel, Carpinetti, Bulla, Ortensi, Seisdedeos, Thomas, Bianchini, Eterovich, Candal, Lambrich… Y también de los arrecifeños que les precedieron: Moisello, Aguirre, D´Ángelo, Molina –entre otros-. Amanecía el 13 de octubre y los recuerdos se agolpaban…


Foto de arriba: (de izquierda a derecha): Joe Salak, Oscar Giacone, Carlos Rillo, Chino Díaz, Quique Fornabaio, Rubén Bulla, Osmar Grovas, Nene Casal, Carlitos Vázquez, Luis Bouvier, Luis Gattelet, Juanca Stachiola y Raúl Gattelet.





 
 







Sobre el motor ver en este mismo blog:


https://deautosmotivo.blogspot.com/2012/01/mecanica-artesanal-parte-1.html
y https://deautosmotivo.blogspot.com/2012/01/mecanica-artesanal-parte-2_19.html

miércoles, 26 de septiembre de 2018

"DERECHA DE 2"



Agosto de 1993, viajábamos  con Julio Cuevas hacia San Jorge (Santa Fe) para presenciar una carrera de Supercart. Llegando a Rosario teníamos que doblar a la derecha y se me ocurre decir: “derecha de 2”.  ¿Qué significa? –Preguntó Julio- el código que se utiliza en Rally, de acuerdo con la peligrosidad de la curva, comenté sin mucho convencimiento.
 Lo cierto es que allí nació la idea de participar en un Rally. Se aceleraron los tiempos y el sábado 25 de setiembre en la rampa de largada del Rally de Casilda el binomio Julio Cuevas-Raúl Gattelet, con un Fiat 128 1100, descendía  de la rampa camino a Pujato, escenario de las dos primeras pruebas especiales.
El domingo anterior recorrimos los caminos con una Fiat Fiorino, aunque nos había quedado un tramo sin reconocer.  El día de la carrera nos surgieron las dudas: qué pasaría con nuestros apuntes cuando viniéramos en velocidad. Servirían o no. Para colmo de males, por la noche y parte de la mañana llovió bastante, cambiando las condiciones de los tramos propuestos. Los “melli” Bertini, Daniel Trosset y Nito Perbeils nos habían asesorado sobre los procedimientos de los horarios para marcar las tarjetas y preparación de la Hoja. Pero, ahora, como decía el recordado Ringo Bonavena: "(...) cuando suena la campana, te sacan el banquito y uno se queda solo.” 

Y ¡largamos el PC 1! 
“A 200 izquierda de 2; 700 chicana izquierda/derecha y 300 derecha sin escape” (recuerdo que en el frente del camino se veía una casa blanca). Más o menos así. Pasaron 25 años y vaya a saber dónde quedó el cuaderno que utilizamos como hoja de ruta. El especial era de poco más de 4 kilómetros. Una radio local trasmitía la carrera. Primera desilusión: estábamos bastante atrás y lejos en los tiempos.
El navegante tomó la  postura de levantarle el ánimo al piloto: “Quedate tranquilo, ahora con más confianza vamos a mejorar. Tomé el parcial hasta la chicana” Confirmado, mejoramos bastante en la segunda pasada y ya no figurábamos tan atrás en la clasificación del parcial.
Un PC más y final del primer día: 6° en la categoría, sobre 11 autos no estaba tan mal. Otra vez asomó el navegante motivador: “Si mañana no tenemos problemas subimos al podio en la categoría”.
El domingo, terminando el primer PC rompimos la homocinética. Con la fortuna de que el equipo estaba allí. Aunque, lamentablemente por el abandono de Trosset-Perbeils. Repararon nuestro auto y llegamos a tiempo para la segunda especial. Pero, otra vez finalizamos con problemas: en un salto muy fuerte en el ingreso a un campo, se corría paralelo al camino real y se volvía a él, se rompió la torreta que sostiene el amortiguador de la rueda trasera derecha.  Además, terminamos con la temperatura de agua por las nubes. El equipo trabajó a full y nos devolvió a los dos últimos PC con un auto entero. 

“¡Hablame un poco menos!”
Previo a nuestra participación en Casilda, Oscar Cardigni me facilitó un cassette con la grabación del navegante de Raúl Amichetti, de Rojas. Lo escuché varias veces y me llamó la atención cómo motivaba a su piloto. Lo tomé al pie de la letra. Pero, tal vez me excedí… Julio pidió: “¡Hablame un poco menos!” Llegó el desquite para el navegante:  recta larga y el tipo mudo. Con señas elocuentes el piloto quiere saber qué es lo que viene… Y el navegante espera hasta último momento para  indicarle curva a la derecha… Después, ambos nos reímos bastante.
Completamos la carrera: 6° en la categoría y 29° en la clasificación general. Nada mal, por ser la primera vez del binomio. Hoy, a 25  años de aquella carrera. El recuerdo para todos quienes nos ayudaron en aquella ocasión y especialmente para aquellos amigos que integraban aquel equipo y se fueron de gira, como dicen los artistas: Carlitos Gerez, Ariel Ibañez, “el melli” Abel  Bertini y el abrazo para los que siguen en la brecha. 

Raúl Gattelet