ARRECIFES SE ESCRIBE CON “A” DE AUTOMOVILISMO
Así lo recordaba Bernardo Pérez en un reportaje con el autor de esta nota:
“En 1938 Bernardo Mendioroz hizo un caño de admisión cuadrado al cual se le colocaron dos carburadores y se hizo un distribuidor de doble platino y comprimido un milímetro la tapa de cilindros. El coche caminaba bastante fuerte para aquella época”.
Sobre el mismo tema, Ricardo Lorenzo "Borocotó", en su libro Medio Siglo de Automovilismo Argentino, escribió: "(...) Los Chevrolet habían comenzado a andar y la supremacía establecida por los Ford (aunque no hubieran vencido en las dos primeras ediciones del nuevo Gran Premio) comenzaba a verse muy amenazada. Además de haber venido de fábrica los nuevos motores Chevrolet con mayor potencia, y de la facilidad que acuerda un motor de seis cilindros en línea para su preparación, otro detalle influyó sobremanera: los caños rectangulares de admisión que aumentaban el régimen. El hallazgo se había verificado en Arrecifes y en ello tuvo mucho que ver Julio Pérez, quien, generoso de suyo, desparramó el conocimiento. Así los Chevrolet fueron equipados con ese nuevo tipo de admisión".
El binomio arrecifeño logró el primer podio para la marca en la categoría al finalizar 2°, de su coterráneo Ángel Lo Valvo, en el Gran Premio Internacional del Sur de 1939 y el tercer puesto en el campeonato de ese año.
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