jueves, 29 de septiembre de 2011

De Alfredo Parga, para Luis Di Palma

Mañana, 30 de setiembre, se cumplirá un nuevo aniversario del fallecimiento de Luis Di Palma. En su homenaje, deautosmotivo reproduce la carta que el notable periodista Alfredo Parga le escribiera al volante arrecifeño en la revista Corsa.


Debut a los 19 años, Gran Premio de TC 1963

Carta abierta a Rubén Luis Di Palma
(Dictada por un afecto cristalino. Entre maravillado y feliz,
con Más de 30 temporadas de Añejamiento)



Santa Rosa, La Pampa, 1993

Querido Luis:
Lo mío -lo nuestro- era un viaje a Bolívar, Bolívar y el TC.El auto lo llevaba Oscar Martínez, con su imperturbable paso. A su lado, los ojos claros de Oscar Mosteirín trataban de perforar la pared de una niebla que se levantaba terca, mojada por una llovizna desganada, a 200 metros. Y Pablo Vignone era mi interlocutor, atento, exigente y resignado.
De pronto, la radio y su urgencia: “… no es posible correr. Llovió mucho con el chaparrón de las 4. No puede ser…
”Media vuelta aprobada por unanimidad. Y después, lo cotidiano de un domingo porteño tonto, mojado siempre por la lluvia aterida de humedad pegajosa.La TV -¿sabe, Luis?- puede ser refugio para matizar el mediodía. Y ATC, una propuesta válida para estar en otra pista. Esta vez, el Supercart. Y con el Supercart, usted…
Una salida tumultosamente multicolor. Adelante, firme, el bueno de Hugo Olmi. Desde atrás, me llamó su Torino. Al rato, no más, lo vi adelantarse a Ernesto “Tito” Bessone. Lo hizo a lo grande, pisando hasta donde ea posible pisar su coche, sin complicar al adversario ni comprometer su propio capital.
Con autoridad. Sabiendo lo que hacía.
Después, a favor de la suave contribución de Marcos -su hijo, Luis- que no tenía el auto con el que supo ser campeón, fue a buscar el primer puesto. Lo trabajó, le costó, pero lo consiguió al fin.
Yo no sé si Olmi venía con problemas de tracción, pero presiento que Olmi -acaso por primera vez en su vida- viendo que era usted el que se le venía a las barbas, resignó la más preciosa plaza hasta con agrado. Porque, al fin y al cabo, era usted el que se estaba apoderando de ella. Usted y no un adversario común…
La televisión, esa lente inquieta, curiosa y desinhibida, cruel muchas veces, tonta en otras, desinformada por apremio puro alguna vez, se comió el que pudo ser el mejor festejo de ese mediodía. Porque vi que Marcos se bajó corriendo de su auto y buscó el suyo, Luis. Abrió la puerta. En este momento, la TV se fagocitó, imperturbable, el momento sublime. Ese que debió pasar cuando su hijo lo rescató de su coche para premiarlo con un beso. ¿Fue así?
Un crimen. La mejor nota del día, tapada por un aviso. ¡Qué pena! ¡Qué lamentable!
En el podio me pareció que hasta casi estuvo serio. Lo miré a Olmi. Olmi lo miraba a usted y sonreía feliz. Increíblemente feliz por haber sido derrotado por usted, Luis…
Lo que no me dio la TV, me lo entregó mi recuerdo. Lo vi doblar el puente del arroyo Tatay.
Creo que aquella mañana de la Vuelta de Arrecifes de 1964.1964. ¡Casi 30 años! Sacando la cola del auto hacia la derecha, cuando el tren delantero era convocado por la irreverente juventud de sus manos -benditas, ellas- convocado -decía- hacia la izquierda para doblar y escapar del resto, ingresando al asombro que nos aplastó a todos por la desfachatez de aquel muchacho que al rato, como ajeno, se soplaba el flequillo rebelde que aleteaba electrizado sobre su frente, por una comisura de la boca. Inquieto como su dueño.
Este domingo de la lluvia que le digo, Luis, volvi a verlo tan joven como aquel día, ¿sabe?
Ahí y entonces recompuse mi amistad con la TV. Porque usted ahí arriba, en el podio, me hizo pensar que aquel campeón que animó muchos de mis días, seguía entero. Intacto.
Predicando con el ejemplo.Diciéndoles a los corredores de hoy que ese muchacho de ayer es un campeón de siempre.
¿Me permite agradecerle lo que usted me dio al mediodía de un tonto domingo porteño con lluvia?

Saludos a su esposa. Con todo afecto.

Alfredo Parga.

Esta carta fue publicada en Corsa Nº 1397, del 11 de mayo de 1993, cuando Luis Di Palma (Torino) ganaba el 2 de mayo la carrera de Supercart, en Santa Rosa, La Pampa.. Fue la victoria Nº 89 de Luis y el retorno al triunfo, tras un paréntesis de 7 años sin victorias en el automovilismo nacional.

Fotos: diario La Nación y Revista Corsa.

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