Atrás quedaron meses de preparación del auto, sábados
de prácticas, competencias previas… la ilusión de “dar la vuelta” y, de ser
posible, bien clasificado.
Con los bolsos llenos de ilusiones partimos el jueves 12 hacia Buenos Aires. Nos esperaba la verificación técnica y administrativa. El viernes, el Parque Cerrado, el paso por la Rampa de Largada frente al edificio del A.C.A. donde como cada año, Raúl Barceló con acertados comentarios agrega emoción a ese momento sublime y … a la ruta
Recorrimos 3.824,7 kilómetros desde el jueves 12 hasta
nuestro regreso a casa el sábado 20.
Factores, adversidades en la ruta, tránsito, averías
mecánicas formaron parte del vocabulario común en cada punto de reunión con
nuestros compañeros de ruta.
Y, precisamente, ante las adversidades aparece la
solidaridad. Finalizábamos la 5ª etapa con llegada a Concordia cuando el rulemán
de la rueda trasera izquierda mortificó el andar de la Berlina. Aparecieron los
Cortés (Mariano e Ignacio), los hermanos uruguayos con Rubén Peña y su esposa,
los Laguzzi (Sergio y Pedro), los auxilios del A.C.A. que seguían la carrera.
Emanuel, el mecánico de Concordia y la mayoría de los participantes…
Se quebraban nuestras ilusiones ¿podríamos largar el
viernes la última etapa, luego de nuestra mejor clasificación en el parcial? Vertiginosamente
corrían los minutos: Gustavo esperando la Berlina en el taller, el que suscribe
esperándolos con los Champion y el SAD… Llegamos al PC 67 cuando restaban 10
segundos para nuestra hora de largada.
Con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos completamos los tres primeros PC. Maravillosos momentos que vivimos cuando llegamos a la neutralización de 15 minutos y nuestros “rivales” nos apretaron en afectuosos abrazos compartiendo nuestra alegría y emoción por estar en carrera… AUTOMOVILISMO PURO, GRAN PREMIO AL PALO!!! Lo demás es anécdota…
Fotos: Emilio Oppezzo.