miércoles, 18 de agosto de 2010

Peña "El Gato Negro"

Desde los viejos tiempos, cuando se corría por caminos casi inexistentes y, con notable frecuencia, contra la tortura del barro, el automovilismo ha sido una actividad onerosa. Sus esforzados participantes recurrieron a diversas estrategias para reunir el dinero que les insumía este tipo de aventuras. "El automovilismo es para ricos, pero generalmente corremos los secos", asegura el arrecifeño Orlando Raúl Lizzi (flamantes 96 años), piloto de Auto Unión en la década del sesenta.
Arrecifes, fuente inagotable de corredores a lo largo de su historia deportiva, generó varias alternativas para apoyar a sus representantes: bonos contribución, rifas, colectas, etc. Por eso, no resultó extraño que en la década del ´60, cuando comenzaron a gestarse las peñas ("Reunión de amigos o camaradas// Nombre que toman algunos círculos de recreo", según la segunda acepción del diccionario Lexis), en la Cuna de Campeones un grupo de amigos decidió unirse para tratar de equilibrar las alicaídas arcas de Carlos Alberto Pairetti, quien se había constituido en una de las principales figuras del Turismo Carretera. Las publicidades en el auto sumaban una cuota importante, pero no cubrían todos los costos que generaba la intensa actividad de la categoría.
Nace la Peña
Domingo Gargicevich, "Dinco", amigo del flamante corredor y fiel colaborador de cuanta actividad tuerca se desarrollara en nuestra ciudad, junto a Héctor García Etchepare (el tesorero), recordaban el nacimiento de la Peña El Gato Negro:
"Se inició para ayudar a Pairetti. La idea partió de los hermanos Di Palma (Rubén y Domingo), propietarios de la parrilla 'El Patrullero', quienes, enterados de nuestra inquietud, no vacilaron en ofrecernos su lugar en forma totalmente desinteresada. 'Nosotros les ofrecemos el lugar y la comida al costo, ustedes cobran unos pesos más y esa diferencia es para la Peña', nos dijeron", recuerda Dinco. "Si la memoria no me falla, entre otros, estaban: Oscar Lois (presidente de la Peña), Jorge y Juan Buratovich, Héctor Daniel González, Jorge Aguirre, Héctor Petri, Laureano González, Pedro Simonini, Benjamín González, Polo (Rafael) Della Nina, el doctor Litardo (Miguel), Mingo y el Viejo Di Palma".

Luis Di Palma, su tío Mingo, Cari (de sombrero), Rubén Aeid, Mingola, Carlos Pairetti, Garavano, Justo Ferradas, Smith, Tito Hanley, Osvaldo Lúgaro, Luis Sosa en una noche de cena en la Peña.

El nombre

"El nombre de la Peña, creo que surgió porque Pairetti, cuando comenzó a correr, le pidió prestados los cascos Bell a 'Petiso' (Franklin) Hortal y éstos tenían pintados, en su frente, un gato negro. De allí el nombre de la peña", recuerda Dinco.

Pairetti a punto de largar en Chacabuco '62 con el casco que lucía el Gato Negro.

Brindis en El Patrullero. De gorrito Rubén Di Palma, el papá de Luis.
Noticia
En el periódico Arrecifes, del 19 de octubre de 1963, bajo el título PEÑA AUTOMOVILISTICA se informa que: "Se ha constituido la Peña Automovilística 'El Gato Negro'. La misma tiene su sede en el local del restaurante 'El Patrullero' sobre la Ruta 8, Villa Sanguinetti. Finalidades: temas automovilísticos, carreras, cooperación y propiciación. Anuncian para el 17 de noviembre, a mediodía, un gran almuerzo en el salón de la Sociedad Vasca".

También para Luis
La flamante asociación, que en su origen se había formado para ayudar a Carlos Pairetti, a pocos días de su nacimiento tuvo que ampliar su apoyo a otro piloto: Luis Di Palma, porque Armando Menéndez, un comerciante arrecifeño, le ofreció el Ford ex Julio César Castellani para intervenir en el Gran Premio de Turismo Carretera de 1963.

martes, 10 de agosto de 2010

Imágenes de...



…la Vuelta de Arrecifes que formó parte del calendario del Turismo Carretera en la década del ’60 y se convirtió en un clásico de aquel automovilismo argentino, cuando los autos se preparaban en los talleres de cada “pueblo” robándole horas al sueño. Mientras el mate corría de mano en mano y el “pucho” mitigaba el hambre. De la época en que las manos se “enguataban” en grasa y aceite. Cuando los domingos de carrera llegaba gente de todas partes para enmarcar al costado del camino los ciento y pico de kilómetros del circuito carretero. Cuando el atuendo del corredor y el acompañante eran la camisa, el pantalón, mocasines o alpargatas y un casco con pretensiones de seguridad. Cuando los corredores tenían tiempo de acercarse al alambrado y tomar algún mate ofrecido por el hincha o para sacarse una foto con la barra que lo alentaba. Cuando el acompañante recibía el aro de informaciones sacando el brazo fuera de la ventanilla o volcaba -en plena marcha- los bidones de nafta en el tanque de combustible. Sin dudas, otro automovilismo, ni mejor ni peor. Tan simple como otro automovilismo…
En la foto de "El Gráfico" que enmarca esta nota Carlos Menditeguy (a la derecha), ganador, en amena charla con Ángel Rienzi, séptimo. Año 1959 (1ª Vuelta de Arrecifes).

Otra foto de "El Gráfico". El acompañante de Menditeguy recibe el aro con las informaciones en la curva de la "Clida". Año 1959.

1964. Arrecifes es una fiesta. El podio con Luis Di Palma (ganador, 19 años), Carlos Pairetti (2º) y sus acompañantes: el "Ñato" Aguirre (Di Palma) mirando hacia su izquierda y "Mingo" Visciarelli (Pairetti), a la derecha de Luis Di Palma. Los rodean un grupo de amigos y organizadores de la carrera.


1967. Oscar Cabalén, ganador con el Falcon F100, ingresa en el parque cerrado y recibe el saludo del banderillero, mientras el policía observa la atentamente.